Lunes, 30 de marzo de 2009 | Hoy
OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD
Ni los propios concejales del kirchnerismo, el obeidismo o el reutemismo saben qué pasará tras el estrépito del estallido de la interna peronista en la Legislatura provincial de la semana pasado. Hasta ahora, la bancada peronista mayoritaria del Concejo de Rosario se había mantenido unida, pero ahora parece que ya no hay más espacio para sostener los acuerdos locales preservados de lo que pasa a nivel nacional y provincial.
Por Leo Ricciardino
La sonora jugada política de los diputados provinciales del kirchnerismo encolumnados tras Agustín Rossi, que esta semana votaron junto al socialismo para sacar el Presupuesto 2009, seguirá teniendo derivaciones. Incluso aquí en Rosario, donde en el Concejo Municipal reutemistas, obeidistas y kirchneristas habían consolidado un equilibrio más o menos estable. Arturo Gandolla, Osvaldo Miatello, Luisa Donni y Miriam Abt deberán reunirse en estos días para decidir qué es lo que hacen. En el otro bloque, María Eugenia Bielsa y Fernando Rosúa tienen más libertad de acción -son cercanos al sector de Rossi- pero amparados dentro del Espacio Plural que acaban de crear junto al PPS de Héctor Cavallero y la JP Evita de Eduardo Toniolli.
Algunos obeidistas rosarinos hablaban hasta hace muy pocos días con orgullo de que "en Rosario hemos podido preservarnos del internismo. Por eso acá no se rompió el bloque" y por eso aún había espacio para pensar -antes del adelantamiento de los comicios nacionales y de la estampida peronista en la Legislatura- en la utopía de una lista única y poderosa de concejales para los comicios de mediados de año. Por supuesto, nada queda de aquellas ilusiones de hace tan sólo tres semanas atrás.
El vértigo de la política es tan extremo que ni siquiera sus protagonistas más connotados pueden hacer previsiones de aquí a 30 o 45 días. "No sé qué vamos a hacer, pero lo que sí sé es que no nos queda mucho espacio", dijo ayer a este periodista un concejal del justicialismo consultado sobre las repercusiones que podría tener el pronunciamiento extremo del bloque de diputados provinciales que conduce Luis Daniel Rubeo, que dejó con la boca abierta y llenos de furia a reutemistas y obeidistas por igual.
Pero más allá de la bronca desatada por la decisión política del sector que lidera Rossi (que llevó a un diputado reutemista al exabrupto de hablar de una "Banelco"), hay otros elementos que aún no se han ponderado. Por ejemplo: De entre las filas de los que se llenan la boca de un pacto Binner-Rossi, alguien ha reconocido que la primera negociación socialista se orientó a los senadores reutemistas. Se habló con insistencia de cuarenta cargos en la Legislatura y quizás gran parte de la bronca resida también en esa frustración.
"Le dicen piantavotos, lo ningunean (a Rossi), a todos nos escondieron negociaciones. ¿Y resulta que después nos dicen traidores a nosotros? Nos dieron tan poca bola que recién 5 minutos antes de la votación del presupuesto se preocuparon en preguntarnos qué íbamos a hacer nosotros. A tal punto nos estaban cagando", dijo sin medias tintas un legislador provincial del kirchnerismo que pidió reserva de nombre para que sus palabras sean citadas.
La acusación del supuesto pacto BinnerRossi involucra directamente a Rosario. Sobre todo porque está hecha por reutemistas, es decir, por santafesinos. Se busca la raíz en el período en el que Rossi presidía el Concejo y Binner era el intendente. "Ahí no había oposición, el peronismo estaba desdibujado", acusan desde la capital provincial sin sopesar las dificultades que presentó, y presenta aún, la hegemonía socialista de tantos años en la ciudad. Esta misma errónea valoración es la que hizo que el PJ perdiera nada menos que la ciudad de Santa Fe, a manos del candidato del Frente Progresista. Ningún peronista que no parta de la base de lo que se ha hecho aquí en los últimos 20 años, tendrá futuro político en esta ciudad. Y esto, desde luego, es bien sabido por los peronistas rosarinos. Más claro todavía: el diputado Alberto Monti, que lanzó la acusación de la Banelco, no llegaría ni a las primarias como aspirante a concejal de Rosario.
De cualquier manera, los tiempos se acortan y los sectores tendrán que barajar y dar de nuevo para el armado local. Los últimos días fueron una tempestad -sobre todo para el peronismo-, primero con el abrupto cambio de calendario que acortó todos los tiempos y después con la pelea en la cima entre Carlos Reutemann y Agustín Rossi que se propagó hacia abajo atravesando como un rayo a la Legislatura y que podría llegar al Concejo rosarino, que en los últimos tiempos creyó que podría preservarse del temporal. Habrá que esperar, ¿qué se podría adelantar aquí con lo que ha pasado en las últimas semanas? Cualquier anticipo quedaría viejo en pocos días.
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