Domingo, 19 de septiembre de 2010 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
Por Pablo Feldman
La visita de la presidenta Cristina de Kirchner a la ciudad de Rosario la noche del jueves confirmó las presunciones acerca del buen momento que atraviesa el gobierno nacional con la ciudadanía. Sin perjuicio de cantidad de errores y hasta groserías que se comenten en el gobierno, sólo un necio no reconocería el cambio de clima y de ambiente que se percibe al menos en las grandes ciudades de las que Rosario no es la excepción. Curiosamente ese clima favorable sobre todo si se lo compara con el del año pasado o el anterior también alcanza a los otros estamentos de gobierno. Tanto el gobernador Hermes Binner como el intendente Miguel Lifschitz y su colega de Santa Fe, Mario Barletta o de Rafaela, Omar Perotti por citar dirigentes de diferentes fuerzas políticas también saborean estas mieles. Hay, como dijo Felipe González en su reciente visita a Rosario, "una variable determinante e inmanejable: que es el estado de ánimo". Y así parece, sin llegar a grados de optimismo brasileño, sobrevuela una sensación de bienestar que es diferente a la de no hace mucho tiempo y se presume que se proyectará hacia el año electoral.
Esto no quiere decir que no haya problemas, ni que se hayan resuelto las injusticias y que hay igualdad de derechos y oportunidades, pero en términos comparativos el clima social es favorable a los ejecutivos a un punto que ni ellos imaginaban. En este contexto es que se empieza a hablar de candidaturas y los aprontes hechos el año pasado o a comienzos de este, han quedado superados por un cambio de escenario que amenaza con mantenerse al menos hasta los próximos comicios.
Haciendo foco exclusivamente en Santa Fe, donde más se siente este impacto es en el peronismo, que hasta no hace mucho se debatía en si habría o no internas entre sí o si el reutemismo iría por fuera de la estructura oficial, o si al Frente para la Victoria le alcanzaría para entrar en la conversación. Hoy ni los pages del Lole, aquellos que no se cambiaban de corbata sin consultar a su jefe, ni piensan en competir por fuera del PJ. Y todos, mal que mal, tienen una coartada para "volver" o decir que "nunca se fueron". El caso más significativo es el de Ricardo Spinozzi, cuyo rostro sorprende a los rosarinos desde gigantografías puestas sobre edificios y cuyo slogan lo mismo que el rostro sin rasgos distintivos no alcanzan a penetrar en el receptor del mensaje. Distinto hubiera sido su foto abrazado a Carlos Reutemann y algo así como "el muleto" o "el segundo piloto" que remitiera a su pertenencia al sector que lidera el ex corredor de fórmula uno.
Pero el Lole no corre más. Hasta está pensando en dejar de concurrir a las reuniones del Peronismo Federal donde lo necesitan pero no lo quieren, puesto que si el santafesino decidiera competir por la presidencia, sus ahora amigos pasarían a ser adversarios internos dentro del sector y eso traería algunas consecuencias. Difícilmente Eduardo Duhalde, para citar al más pesado, estaría "feliz" de competir con Reutemann antes de tener que hacerlo finalmente con Néstor o Cristina Kirchner. Pero Spinozzi ya está haciéndose a "voto por el modelo" como si pudiera haber otro candidato que no fueran Néstor o Cristina Kirchner.
El Intendente rafaelino tiene un reconocimiento muy alto en los sectores de la producción, y no todos están de acuerdo con "el modelo", pero tampoco ven demasiadas alternativas que les permitan imaginar un futuro mejor que este presente. Perotti es además el candidato que más depende de sí mismo. Por lo dicho de su posicionamiento frente al gobierno nacional, y porque si mañana Reutemann dijera que "juega" el rafaelino le juró a sus íntimos que no se baja ni "va al pie". A estos tres candidatos el peronismo podría agregarle uno o dos más, sin el relieve de los ante citados. Norberto Nicotra amaga, incluso con ir por fuera. Y esto molesta a todos los otros, porque sostienen que no daría una buena imagen al electorado y que dispersaría esfuerzos. Nicotra hará finalmente lo que le diga Duhalde y el ex senador bonaerense hará lo que le convenga a él antes que al PJ de Santa Fe.
Si en algo coinciden Rossi, Perotti y Spinozzi, es que la única alternativa de ganarle al Socialismo es si no hay fugas del PJ. Tanto que no les preocupa la "bolsa de gatos" que puede resultar la lista de diputados provinciales que se conformará por sistema D'Hont y que posibilitaría intercalar figuras como Juan Carlos Mercier (por la lista de Spinozzi), con Luis Rubeo (h) por Rossi y algún productor agropecuario o tambero por el sector de Perotti. "El objetivo es recuperar el gobierno de Santa Fe" coinciden los tres, y todo lo demás es lo de menos. Hasta hace unos meses el panorama diferente, pero ahora, con la reconocida capacidad de reconversión que caracteriza a los dirigentes del PJ, todos se aprestan a encarar un proceso electoral en el que difícilmente se vuelvan a ver carteles como los que ponía el intendente de Armstrong, el reutemista Ricardo Fisher con la cara de Cristina y una leyenda de "Persona no grata", lo mismo que los avisos del candidato del "tiempo compartido" del peronismo sin fronteras.
Sería una redundancia, si algo no tiene el PJ son fronteras, pero de ningún tipo, basta repasar los últimos años, los nombres y las conductas. Ya lo decía el General: "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista".
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