Domingo, 6 de noviembre de 2011 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
Por Pablo Feldman
A partir de mañana comienza la cuenta regresiva para la conformación del gobierno que encabezará Antonio Bonfatti y que contará con la presencia de dirigentes de la Unión Cívica Radical en el gabinete ministerial y otras áreas de la administración pública. Las declaraciones del senador Rodrigo Borla forman parte de los últimos escarceos públicos antes de sentarse a la mesa y acordar. No está claro si Borla se va a sentar, ya que se mostró partidario de no formar parte del gobierno, y su sobreactuación es difícil soslayar. En cambio, el intendente de Santa Fe Mario Barletta ha sido más cauto, sin por eso parecer complaciente con sus socios socialistas. Barletta mira además el futuro desde una perspectiva nacional, ya que puede ser en adelante el Presiente de la UCR y a partir de eso el mayor grado de interlocución será con Hermes Binner que también tiene destino de ligas mayores.
Pero volviendo a la provincia y al armado del gobierno, hay lugares que nadie discute como la continuidad de Miguel Cappiello en Salud, Chiqui González en Cultura, Angel Sciara en Economía, Antonio Ciancio en Servicios Públicos o el ascenso de Rubén Galassi al Ministerio de Gobierno. De allí en más, el resto del gabinete otras tantas carteras como las enumeradas tienen pendiente la confirmación de alguno de los actuales ministros o la renovación.
En este último plano aparecen las vacantes para que tanto radicales como representantes de otros sectores se acoplen al gobierno, pero no en un "tome y daca" sino en la integración de equipos idóneos y leales. Es probable inclusive un recambio generacional, y una necesaria apertura política no sólo por la debilidad que va caracterizar este período desde el punto de vista de la composición de la Legislatura, sino porque Bonfatti está convencido de la necesidad de buscar consensos. Desde ya que el peronismo hará valer sus mayorías parlamentarias, pero los intendentes y jefes comunales serán los encargados de equilibrar lo que podrían llegar a ser excesos de los legisladores, algunos de ellos pensando en ser candidatos en la próxima elección. Es legítimo, pero hay cuatro años por delante y temas y cuestiones que si son justas y necesarias y no se concretan será por mezquindades partidarias y eso tiene su costo.
Durante los próximos diez días se van a suceder las reuniones a distinto nivel, coordinadas por el gobernador electo, y serán con los referentes territoriales, la autoridades partidarias y legisladores provinciales, con diferentes interlocutores según el caso. No se descarta que Hermes Binner tenga alguna participación si fuese necesario pero el gobernador después de un breve descanso se dispondrá a consolidar el espacio que lidera a nivel nacional y que lo ubicó en un sorprendente segundo lugar en la carrera presidencial. A diferencia de otras fuerzas que aparecieron y se esfumaron después de las elecciones nacionales el Frepaso, Pais o el ARI la figura de Binner garantiza un grado de organicidad y construcción política que ha dado frutos en Rosario y Santa Fe.
No es una casualidad que haya sido el más votado en todas y cada una de las elecciones en las que se presentó desde hace 20 años cuando debutó como candidato a concejal contra la lista del entonces intendente Héctor Cavallero que encabezaba Rita Colli. El resultado fue 7 a 0 en la conformación de la nómina del partido socialista y el lema era "aire puro para Rosario". Desde entonces hasta los "Buenos Tiempos" que auguraba la formula BinnerTessio, la figura del dirigente socialista fue creciendo hasta alcanzar en unos pocos meses dimensión nacional. De ahora en más habrá que ver lo que sucede, pero la historia está escrita. Resulta difícil de imaginar a lo que queda del radicalismo negándose a formar parte de un gobierno provincial, del que ya es parte y que le ha permitido a muchos de sus dirigentes territoriales revalidar títulos. No obstante como en toda negociación habrá regateos, ventajas y heridos. En cualquier caso, a las "capacidades" de las que hablaba el senador Borla que tienen los dirigentes de la UCR habría que agregarle votos como para ganar alguna elección en la provincia. Desde la recuperación de la democracia hubieron 8; seis las ganó el peronismo y las otras dos Binner y Bonfatti. Un detalle que los hombres de la boina blanca no deberían perder de vista.
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