Domingo, 4 de marzo de 2012 | Hoy
Por María Fernanda Gigliani*
El lunes 27 participé junto a mis compañeros del acto por el Bicentenario de la Creación de la Bandera, hecho histórico de gran significación para todos los argentinos. Después de haber formado parte de una celebración patriótica de tal magnitud, las consideraciones de varios sectores de la sociedad acerca de "la politización del acto" no dejan de hacer ruido en mi cabeza. Y en ese sentido, me pregunto si la creación de la bandera y la lucha de Belgrano por la libertad, no son acaso hechos políticos. El 20 de junio pasado, cuando se alegaba lo mismo que esta semana se expresó respecto del festejo del Bicentenario, escribí que lo que no quiero son políticos ni discursos "Billiken", sino políticos de carne y hueso que luchen por una patria con mayor igualdad, solidaridad y justicia social. Creo, entonces, que el pasado lunes fue un día para hacer honor precisamente a eso.
Desde las primeras horas de la mañana escuché hasta el hartazgo expresiones, aunque de diferentes tenores, que hacían referencia a la politización del acto. Varias personas que se decían "gente común" insultaban a los militantes que querían participar del acto del bicentenario. ¿Acaso los militantes no son ciudadanos que tienen el mismo derecho que cualquier otro de ir a un acto y expresarse como quiera? ¿Acaso los que insultaban no se expresaban también? Yo fui testigo de los insultos de esa "gente común" que quería expresarse y participar de un acto democrático: "Al final está lleno de negros de mierda", "ustedes vienen porque les pagan con el choripán y la coca". No puedo dejar de expresar mi repudio frente a esos comentarios. Mis compañeros estaban ahí por convicción, queriendo formar parte de un hecho histórico con sus remeras y banderas, las que expresan los ideales, valores y principios que los movilizan todos los días de su vida.
Por otra parte, habría que considerar el análisis que posteriormente llevaron adelante muchos referentes políticos de la provincia: Que el acto se politizó y hasta que fue cuasi partidario. A esta altura, si estos sujetos critican que de un acto de semejante relevancia histórica, hayan participado ciudadanos orgullosos de tener un ideal y poder expresarlo, ¿qué valor tiene su expresión siendo ellos mismos personas de la política? Se trata de una clara y firme intencionalidad de denostar no sólo a nuestra presidenta, sino también, y esto es lo más grave, a la actividad política, la misma que ellos ejercen. Y si bien demás está decir que no comparto ni sus formas ni contenidos, no dejo de preguntarme si acaso no pueden al menos elevar su capacidad crítica. ¿Cuán alto es el grado de cinismo que son capaces de expresar? Creo firmemente que aducir que el acto se trastocó y derivó en político, descalifica y desmerece el contenido mismo del suceso histórico de creación de nuestra bandera.
El lunes muchos compañeros se acercaron hacia la bandera más larga del mundo y agitándola pasaron frente al palco al igual que muchos ciudadanos. Compañeros que todos los días dan la cara, su tiempo, y sus ganas por una idea; y que fueron referenciados en uno de los diarios de la ciudad, como "Esos", expresión que engendra el desprecio a ciertos sectores sociales. ¡Qué triste, bajo y perverso análisis! ¡Cuánto desprecio! No podemos bastardear la política tan fácilmente.
*Concejala y militante del Partido Progreso Social
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