Lunes, 8 de mayo de 2006 | Hoy
Por Oscar Ainsuain*
Los planes económicos aplicados en distintos períodos de nuestra historia -como sucedió en los '90- han contribuido no sólo a mantener sino a profundizar el proceso de concentración de tierras. A tal punto esto es así, que tomando como base los Establecimientos Agropecuarios Productivos (EAP) de más de 5000 hectáreas, tenemos que en el censo agropecuario de 1913, 5300 terratenientes eran dueños del 48 % de las tierras, y en el censo 2001 algo más de 6000 son propietarios de casi el 50 % de las mismas.
Lejos quedó el avance parcial en la redistribución de la tierra, logrado con la sanción de la Ley 13.246. En 1948 en Alcorta, en una histórica concentración, catorce mil productores agropecuarios habían saludado la decisión del gobierno de Perón de promulgar esa ley, que entre otros beneficios establecía la duración de los arriendos en cinco años, con opción a tres años más. Simultáneamente, el Banco Nación otorgaba una línea de créditos para la adquisición de campos. Esto posibilitó que miles de chacareros accedieran a la propiedad de la tierra. Por el contrario, hoy se puede observar que se está volviendo a una concentración similar a la de principios de siglo.
El `boom sojero' se desarrolla en un país en que la concentración de tierras es impresionante. Según datos del Censo Agropecuario 2001, los 936 terratenientes más poderosos tienen 35.515.000 hectáreas, y en el otro extremo 137.021 agricultores poseen solamente 2.288.000.
Benetton (900 mil), Cresud (460 mil), Bunge (260 mil), Amalia Lacroze de Fortabat (220 mil) poseen dos millones de hectáreas, una superficie similar al territorio de Bélgica. También tienen importantes extensiones los Bemberg, con 143.000 hectáreas, Whertein -presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y la Cámara de Comercio Argentino-China-, con 98.000 y la familia Blaquier, con 45.000. De las 35 familias tradicionales que en el censo del año 1913 concentraban la mayor parte de las tierras, 30 siguen siendo grandes propietarios. Se destacan los Anchorena, con 40.000 hectáreas, y los Gómez Alzaga con 60 mil.
En Santa Fe, la situación es similar. Los 17 principales terratenientes son propietarios de 617.000 hectáreas y los 6.133 chacareros más pequeños tienen 158.000.
* Periodista. Extracto del libro "Del genocidio y robo de tierras al `boom sojero'. Historia política y económica de la provincia de Santa Fe" (UNR Editora), que se presenta el próximo miércoles a las 19.30, en la sede de gobierno de la UNR (Maipú 1065).
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