Lun 26.11.2012
rosario

OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD

Dos asuntos delicados

La interminable interpelación al ministro Lamberto posibilitó más la recuperación de la iniciativa del gobierno en materia de seguridad, que la imposición de una agenda opositora sobre la temática. El debate del presupuesto rosarino puso al desnudo no sólo extrañas alianzas sino también la discusión futura sobre los recursos de los municipios.

› Por Leo Ricciardino

La semana estuvo signada por dos debates que insumieron horas y horas a los protagonistas y un nutrido centimetraje en la agenda periodística de la provincia. La interminable interpelación al ministro de Seguridad Raúl Lamberto y la enfrascada disputa de los concejales rosarinos por el Presupuesto Municipal 2013; están lejos de la gente en sus desarrollos pero a algunos puntos hay que prestarles atención porque terminarán por influir en la vida de todos, más temprano que tarde.

La Cámara de Diputados celebró una interpelación reglada después de 20 años y dio toda la sensación de que muy pocas cosas quedaron para rescatar en medio de una maratón de ocho horas, que por momentos se pareció más a una competencia interpartidaria que a un debate sólido de ideas en torno a la seguridad en la provincia, tras el escándalo que terminó con el ex jefe de Policía Hugo Tognoli tras las rejas mientras la justicia federal investiga sus presuntas vinculaciones con el narcotráfico.

Hubo una gran diferencia entre el propósito del ministro Lamberto y el de los diputados de la oposición que aprobaron la interpelación. Que el ministro haya concurrido fue la primera sorpresa para los legisladores que creyeron que el gobierno iba a trabar la confrontación por cualquier medio, aún a un alto costo político. Pero lo cierto es que tanto Lamberto como el gobierno de Antonio Bonfatti se prepararon para dar vuelta el escenario y transformarlo en el proceso de recuperación de la iniciativa política tras el impacto del caso Tognoli. Por eso 24 horas antes el gobierno anunció con detalle un plan de seguridad que los diputados opositores ni siquiera tuvieron tiempo de ver y menos de analizar. Primera estrategia para evitar la preparación previa de un cuestionario que hubiese sido mucho más punzante en varios de los puntos.

La segunda parte de la estrategia oficial fue la "contención política" mediante dos vías: Militantes en las barras del recinto dispuestos a contestar las agresiones que pudieran darse y -como efectivamente se vio en algunos momentos- a generarlas si fuera necesario para salir a cubrir al ministro. La otra fue el uso como nunca se había registrado en la provincia de un seguimiento minuto a minuto por las redes sociales, con mensajes cortos y contundentes tendientes a mostrar que el ministro conseguía "KO tras KO" (como escribían en Twitter) ante cada pregunta comprometida. Otro detalle no menor fue la concurrencia de la casi totalidad del gabinete que se ubicó a espaldas del titular de la cartera de Seguridad.

Pero de poco hubiese servido todo eso sin la preparación del ministro Lamberto. Como dijo un legislador que conoce el oficio, "casi siempre el funcionario a interpelar dispone de mayor información y de mejor calidad que los que tienen el rol de interpelar. Por eso, de antemano los legisladores deben saber hacia dónde quieren llevar al expositor. Sin claridad en esos objetivos lo que deben esperar es la 'derrota'", sentenció con un toque de dramatismo. Después de más de ocho horas de debate no se puede hablar de victorias o derrotas, pero claramente la oposición no pudo inflingirle al ministro el daño político que algunos calculaban. Lo cual no cambia demasiado la visión que la sociedad santafesina tiene -a partir de las cosas que se conocieron- de la cruda realidad del narcotráfico en Santa Fe.

La utilización política de los escándalos de las cajas negras policiales es un problema de los dirigentes. Pero la publicidad de los hechos, a no dudarlo, tienen un efecto inmediato sobre los que aprovechan el anonimato y las sombras para cometer ilícitos tras la fachada de sus uniformes.

Los números en la mano.

Con forceps pero salió. Así describieron desde el entorno de la intendenta Mónica Fein el proceso de debate en torno al presupuesto 2013 que preveé más de 3.700 millones de pesos para Rosario en al año próximo.

El incremento de la Tasa General de Inmuebles en un 45 por ciento prorrateado en varios meses, se suma al aumento del 65 por ciento de 2011 con lo que el acumulado supera la friolera del 100 por ciento de aumento en un tributo. "Nada en el país ha aumentado a ese ritmo", fue lo primero que gritó Jorge Boasso desde la oposición que junto a Héctor Cavallero y Diego Giuliano fueron las voces cantantes de los argumentos en contra del presupuesto de gastos que elaboró el Ejecutivo. Por su lado, el PRO de Roy López Molina siguió el plan que decidió hace tiempo: Critica públicamente con dureza algunas políticas de la intendenta, pero después la acompaña con su voto en el Concejo.

Desde el socialismo, esta asociación inesperada con un bloque en las antípodas ideológicas es descripta con pragmatismo: "Los representantes de partidos políticos que tienen responsabilidades de gobierno (por el PRO en Capital Federal) son los que terminan comprendiendo las necesidades reales de una gestión, por más que estén en la oposición". El resto de los concejales opositores supone que además hay otros ingredientes políticos en esas negociaciones.

Lo cierto es que el debate dejó cuestiones conceptuales para seguir la discusión. Entre ellas Boasso marcó la supuesta "antiguedad" del concepto que pretende que la Tasa financie gran parte de los servicios. Para el edil del radicalismo hoy los municipios tienen otras fuentes de financiamientos como la coparticipación provincial y las obras públicas nacionales. Sin embargo, la idea de Fein y su equipo es terminar en diciembre de 2013 -con el total del aumento de la TGI aprobado- cubriendo un 75 por ciento del ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza) y el 100 por ciento de la higiene urbana.

Por su lado, la denuncia del concejal Giuliano sobre un incremento "del 80 por ciento en gastos de personal político de intendencia", fue rebatido por el secretario de Gobierno Fernando Asegurado que indicó que "de lo que no habla el concejal es de que en mí secretaría el presupuesto se reduce un 50 por ciento". La explicación del notable aumento en el presupuesto de Intendencia es porque pasó a depender de ese área la nueva Agencia de Seguridad Vial, con todas las áreas de control que contiene. Casi una supersecretaria la que está a cargo de Clara García.

También como debate a futuro queda el tema de la coparticipación provincial, ya que los municipios santafesinos tienen casi los mismos reclamos que las provincias al gobierno nacional. En la actualidad cada vez son menos las obras importantes que pueden encarar las ciudades sin la asistencia de las provincias y de la nación, cuando se registra también una demanda que se incrementa en materia de prestaciones de todo tipo incluidas las áreas de control. Y esta fue una crítica también del Ejecutivo al debate en el Palacio Vasallo: "No se dijo una sola palabra de la licitación de la basura que es el pliego más importantes que tiene por delante la municipalidad; y tampoco se habló nada de la seguridad que es primordial en la agenda de los ciudadados", afirmó un funcionario de primer nivel del municipio local.

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