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Si algo más podía pasarle al peronismo santafesino de cara a las elecciones de octubre, eso sucedió. El senador nacional Carlos Reutemann que permaneció sordo y mudo a los movimientos políticos de los últimos tiempos decidió -justo ahora- hacer su movida: Se reunió con Sergio Massa y dirigentes del agro para dar a entender dónde estará en los próximos tiempos. De esta manera sumó dificultades a la lista que encabeza Jorge Obeid, a la que no le queda mucho más que apelar a la unidad de todos los sectores, principalmente sobre la base del entendimiento de que no hay un elector sobresaliente que oriente tanto desconcierto en una provincia que siempre miró al kirchnerismo de costado.

Reutemann hizo lo que mejor sabe. Callar y esperar el momento para hacer su jugada. Aunque parezca mentira y sea difícil de entender esto único constituye en sí mismo una virtud en la política actual. Poco importa para qué esperar y qué esperar, lo importante es ubicarse en tiempo y forma para sacar ventajas. En eso el senador nacional es un campeón, sin duda. Sólo el gobernador Daniel Scioli podría asemejársele, pero un poco nada más.

La reaparición del fantasma Reutemann altera el tablero de muchas maneras y lleva preocupación no sólo al peronismo santafesino en su conjunto, sino también al Frente Progresista Cívico y Social que hasta el momento sólo miraba con el ceño fruncido hacia el lado del cómico que anda bien en las encuestas. Hay que decir que Massa logró lo que Miguel Del Sel buscó y no pudo: una fotografía con el escurridizo ex piloto de Fórmula Uno. El ex gobernador no cedió a la tentación y volvió a hacer gala de lo que en secreto se ufana: "Soy un hombre de centro", dicen los más cercanos que se le escuchó decir alguna vez como una revelación sintética que, por supuesto, no se le volvió a escuchar y tampoco profundizó en ninguna otra ocasión. A muchos le cierra mucho más una definición de la filósofa y politóloga Beatriz Sarlo que en una oportunidad le dijo a Rosario/12, "Reutemann es el típico líder conservador".

Como sea, hay algo que caracteriza a Reutemann y es el carácter individual y solitario que lo acompaña a lo largo de toda su vida. Vicios o no de las competencias automovilísticas, el ex gobernador no avisa. A pesar de ser el autor intelectual de la ya famosa frase "el que avisa no es traidor". Qué van a hacer ahora todos los reutemistas que saltaron al PRO como el ex presidente del PJ santafesino y utrarreutemista Ricardo Spinozzi o el propio concejal Diego Giuliano que -es cierto fue de los primeros en reunirse con Massa antes de las PASO- pero que terminó en una lista interna del partido de Mauricio Macri aquí en Rosario. Una cosa es saltar con garrocha desde el peronismo filokirchnerista hacia el massismo y otra muy diferente haber saltado desde el PJ al PRO y ahora pretender volver. Tanto salto desgasta y confunde. Igual va a suceder, acomódense en sus sillones porque lo que se verá en los próximos dos años será sorprendente.

Para ser honestos a alguien habrá avisado: El diputado nacional Carlos Carranza termina su mandato en diciembre pero ya integra sorprendentemente el bloque de legisladores de Massa que aún no asume en el Congreso de la Nación. La senadora Roxana Latorre ya no es la exégeta de Reutemann pero anticipó la movida por los medios, lo cual indica que por lo menos la información la tenía. Más difícil la tiene Oscar "Cachi" Martínez diputado de 100% Santafesino, que se convirtió en el vicepresidente primero de esa bancada cuyo jefe no llegará a su despacho hasta el 10 de diciembre. Martínez fue tan crítico de Obeid como del propio Reutemann y el ex gobernador nunca le tuvo demasiada confianza.

A esta altura, muchos se preguntarán por qué Reutemann no bajó a dar una mano al peronismo santafesino de cara a octubre en lugar de reunirse con Massa que ganó con holgura en la provincia de Buenos Aires. Bueno, el ex gobernador nunca ha sido demasiado generoso y mucho menos militante pero está claro que aún conserva sus ambiciones.

En las filas del cómico santafesino deben estar más que preocupados también. Si bien para estos comicios en Santa Fe Reutemann no tiene candidato, sí podría tener uno para gobernador para 2015, o él mismo volver a ponerse la famosa campera roja para salir a las pistas. Eso dejaría a Del Sel en el mismo lugar que Massa dejó a De Narváez en la provincia de Buenos Aires, es decir sin electorado.

Guste o no, Reutemann sigue siendo una figura de peso en la política nacional y el único elector junto a Hermes Binner en la provincia de Santa Fe. Él mismo había dicho que "este no es el momento", cuando lo consultaron por su participación en el auge del kirchnerismo. El senador acordó su mandato en la Cámara alta donde sabía que podría estar tranquilo y acordó con Néstor y Cristina un pacto de no agresión que cumple aún en estos días. El único paréntesis de este acuerdo fue en la batalla con el campo, donde Reutemann se limitó a leer un breve texto en la Cámara en el que expresaba su desacuerdo con las políticas del gobierno nacional. Pero se cuidó mucho, en todo momento, de sumarse a la beligerancia de las patronales agrarias en la guerra gaucha.

Massa lo volvió a la vida activa de la política no porque sea un genio, sino porque con su triunfo electoral en el principal distrito del país le indicó a Reutemann que puede volver un peronismo en el que él se sentirá cómodo. Un peronismo que tiene otra concepción del Estado, que no está dispuesto a tanto enfrentamiento para conseguir una mayor redistribución del ingreso, que será capaz de acordar más fácilmente con un sector de las corporaciones. Un peronismo gerencial que es el que conoció como hombre de "centro", que dejó con ganas a Macri y a Del Sel porque están demasiado afuera, aunque piense lo mismo que ellos. Aunque podrían ser sus amigos entrañables.

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