Lunes, 22 de junio de 2015 | Hoy
OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD.
Ya están las nóminas de candidatos para las elecciones de agosto para las primarias de diputados y senadores provinciales. Dos ex gobernadores contra la estrella peronista del momento: Omar Perotti. Los inexplicables criterios para el armado de las listas. Ganadores y perdedores antes de que pongan las urnas.
Por Leo Ricciardino
Es claro que el atractivo principal de las próximas elecciones en Santa Fe pasa principalmente por la categoría de senador nacional. En ese rango se dará una batalla inédita: Dos ex gobernadores contra el peronista más votado en Santa Fe en los últimos tiempos. Hermes Binner por el Frente Progresista y Carlos Reutemann por el PRO, se esforzarán por mantener sus títulos de "grandes electores provinciales" para lo que tendrán que doblegar con holgura a la estrella del momento, Omar Perotti.
Una cosa hay que señalar desde el arranque. Ni Binner ni Reutemann son lo que eran por distintos motivos. Ambos han tenido cuestionamientos severos en los últimos tiempos. El primero abandonó una carrera presidencial que no tuvo un impacto menor en el arco progresista nacional. En ese trance se mostró como un acérrimo opositor a un gobierno nacional que termina el mandato en una forma que muy pocos esperaban. También por esa época aseguró que votaría por Capriles, en contra de Maduro, si viviera en Venezuela. Y muchas aseveraciones más que lo fueron transformando en un Binner casi desconocido para los santafesinos.
Por su lado, Reutemann cometió unos cuantos desaguisados en su no campaña con Miguel Del Sel, al que primero acompañó "hasta ahí a pedido de Mauricio (Macri)" y luego analizó que "los núcleos pensantes (de la sociedad santafesina) era seguro que no lo votarían (a Del Sel)". También, en una conferencia de prensa en Santa Fe volvió a sentir los rigores de la furia popular en un enérgico reclamo de los inundados de 2003 que siguen responsabilizándolo en parte por el alcance de los efectos de esa catástrofe.
Además, Reutemann está al borde de otra situación inédita: por primera vez desde que ingresó a la política en 1991, competirá por afuera del Partido Justicialista. Sin el escudo, sin el partido del que un grupo de dirigentes pidió su expulsión.
Por su parte, Perotti además de tener casi 20 años menos que sus adversarios viene de protagonizar una contienda electoral que lo pone por encima de cualquier dirigencia peronista santafesina. Le devolvió con sus más de 500 mil votos el piso histórico al peronismo de Santa Fe que volvió a ver a sus intendentes y presidentes comunales entusiasmados con volver a estar cerca de recuperar el poder en la provincia. La vieja maquinaria del PJ aceitó sus engranajes y caminó a paso firme hacia una victoria que estuvo a punto de conseguir. Una situación que ni el PRO ni el socialismo ponderaron debidamente sobre la marcha.
Perotti le devolvió al partido sus aspiraciones y le mostró que no tenía por qué resignarse a un 20 por ciento de los votos en el territorio provincial. Y eso lo coloca ante un escenario muy favorable a sus aspiraciones electorales de agosto y octubre. Con todo, el rafaelino por ahora se niega a especular sobre lo que todos comentan: el ofrecimiento de Daniel Scioli para que ocupe el ministerio de la Producción de la Nación si el bonaerense se impone en los comicios presidenciales. En la campaña que pasó quedó demostrada la confianza y estrecha relación que ambos han entablado a partir incluso de características comunes a la hora de ver la gestión.
Cocina de listas
Pero sin embargo, todo este gran momento de Perotti -que fue incluso vitoreado por La Cámpora y el Movimiento Evita al pie del monumento a la Bandera donde estuvo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner- no le alcanzó para torcer demasiado la voluntad del poder central a la hora de confeccionar las nóminas a diputados nacionales del Frente para la Victoria. Principalmente Perotti entendía que su compañero de fórmula para la gobernación, Alejandro Ramos debía encabezar la lista. Pero la decisión de Máximo Kirchner no se pudo torcer: Marcos Cléri sería el hombre designado para ese lugar, sin importar la penetración electoral del joven legislador que repetirá mandato en el Congreso.
Es en este marco que el sector del ministro de Defensa Agustín Rossi no comprende demsiado cuáles son los criterios. Porque al Chivo lo bajaron de la lista supuestamente con el argumento de su cosecha electoral, un elemento que sin embargo no es motivo para encumbrar a otros. Como lo expresó claramente con bronca y contundencia en un tuit el diputado provincial Luis Rubeo: "Que Roma pague traidores, puede ser. Pero que ¿mate a los leales?". Rossi debió aceptar pacientemente una postulación para el Parlasur.
Nunca el armado de las listas de candidatos a diputados nacionales siguió secuencia predecible alguna. Ahí se estima que la gente vota más a los partidos que a las personas por lo que los gobiernos nacionales quieren asegurarse siempre algunos hombres y mujeres bien cercanos y orgánicos. Y se reserva otra porción de la lista al arbitrio de las dirigencias provinciales que también deciden en base a criterios más bien circunstanciales.
Un claro ejemplo es la lista que conformó el Frente Progresista Cívico y Social con Hugo Marcucci a la cabeza. Un radical totalmente desconocido para el sur provincial pero que es una pieza clave en Santa Fe donde fue desplazado por el periodista Emilio Jatón, que será el senador departamental. El hijo del ministro de Seguridad Raúl Lamberto ocupa un lugar expectante en la nómina porque es un representante de la juventud socialista pero también porque quizás, le están "pagando" a su padre haber tomado un área delicada en momentos críticos del gobierno de Antonio Bonfatti.
En el caso del PRO, Ana Martínez era un número puesto en virtud de los votos que sacó como candidata a intendente de Rosario. Lo mismo que Alejandro Grandinetti que encabeza la nómina del Frente Renovador. En estos casos se aplicó el criterio de la potencia electoral que no se tuvo en cuenta en los otros partidos políticos.
Obviamente, también en estas listas opera el efecto arrastre con la boleta del candidato presidencial del sector. Aunque en este caso del Frente Progresista es la excepción al haber optado ir a los comicios nacionales con "sábana corta", es decir sin candidato a presidente pegado en este distrito. La decisión se tomó para que los radicales que acuerdan con votar a Macri lo puedan hacer cómodamente sin dejar de optar por la lista de diputados nacionales del Frente en Santa Fe. El socialismo, por su lado, hará expreso el apoyo a Margarita Stolbizer pero sólo en lo discursivo.
Sin respiro, una campaña terminó y se viene la otra. Los electores tardarán un rato como siempre para tratar de comprender qué es lo que se votará en las primarias de agosto. También a medida que se acerque la fecha observará que ya no usará la Boleta Unica, sino que volverá a la vieja y ¿querida? sábana electoral. Pero como se sabe, el hombre es un animal de costumbre y siempre termina por adaptarse.
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