¿Hay que preservar la Boleta Única en Santa Fe? Durante los últimos meses, diversos proyectos de ley presentados en la Legislatura, declaraciones periodísticas y expresiones públicas han vuelto a colocar en el centro del debate la conveniencia o funcionalidad de esta ley que, en nuestra provincia, funciona en relación con otra pieza de la legislación electoral vigente: el sistema de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias.

Con una positiva valoración por parte de la ciudadanía, las dudas planteadas o la voluntad escondida de dar marcha atrás con el sistema de Boleta Única se circunscriben casi con exclusividad al campo de la política y sus actores. En rigor, cuando se discute sobre legislación electoral, lo que está en juego de manera más o menos evidente es la distribución del poder político. Y la resolución de ese debate, que implica introducir determinadas reformas, impacta también sobre aquellos que toman la decisión. Esto es, que quienes se reforman son los propios actores de la política. No deberíamos desconocer estos dos elementos del contexto para comprender la dimensión real del debate.

Respecto de los interrogantes planteados, la experiencia reciente aporta conclusiones importantes. No es razonable procurar un retorno a la Ley de Lemas. La implementación de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias permitió dejar atrás -al fin- la traumática experiencia de un sistema que no sólo aumentó los niveles de confusión del electorado, sino que desvirtuaba la voluntad mayoritaria expresada en las urnas.

Pero además, con la posterior implementación de la Boleta Única como instrumento de emisión del voto, nuestra provincia ganó en transparencia y fidelidad respecto de la voluntad del elector. Generó además, un modelo que se convirtió en referencia a nivel nacional. Desde esta perspectiva, desandar el virtuoso camino recorrido con el sistema de primarias y la boleta única en Santa Fe, implicaría un retroceso. Por cierto, cualquier sistema es siempre perfectible. Pero en ese caso, el horizonte debería ser el voto electrónico, que ya cuenta con media sanción en el Senado Provincial y no un retroceso hacia la ley de lemas. Despejada la necesidad de preservar la Boleta Única, se presenta un segundo interrogante. ¿Es posible sostener el sistema de Boleta Única si las elecciones del año próximo se unifican? En rigor, corre serio riesgo la Boleta Única si los procesos electorales de Nación y Provincia se realizan en la misma fecha. Más allá de las razones jurídicas -que existen y se vinculan a los alcances de la Ley 15.262 de Simultaneidad-, hay razones del orden práctico que confirman la imposibilidad de garantizar dos elecciones de manera simultánea, con padrones diferentes (la ampliación para que puedan votar los mayores de 16 años rige para elecciones nacionales y en Santa Fe, si se pretende lo mismo, se debería reformar la Constitución) y sistemas electorales y de emisión del voto distintos.

Por tanto, lo más saludable sería garantizar elecciones desdobladas, puesto que esta decisión -potestad del Gobernador- implicaría confirmar sin más la continuidad de la Boleta Unica. Pero además, resolver el desdoblamiento aportaría razonabilidad y pertinencia al debate de cada proceso electoral.

Resta imaginar una reforma política integral y ello implica, entre otras cosas, garantizar un proceso de Reforma de la Constitución de la Provincia que no admite más dilaciones. Todos procesos que convocan a un debate que entendemos debe ser abierto y participativo. La Universidad Nacional de Rosario y nuestra Facultad en particular, tiene mucho para aportar, junto a las demás voces comprometidas con la realidad política e institucional de nuestra Provincia.

*Decano de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales

Universidad Nacional de Rosario (UNR)