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Sábado, 27 de septiembre de 2014

UNIVERSIDAD › A LOS 95 AñOS BUNGE PASó POR ROSARIO PARA DAR DOS CONFERENCIAS.

Sobre el elogio del cientificismo

El reconocido físico, filósofo, epistemólogo Mario Bunge presentará en los próximos días su autobiografía titulada "Memorias. Entre dos mundos". Aseguró que la escribió porque "tenía que aclarar los aspectos políticos" de su pensamiento.

 Por Claudio Socolsky

El físico, filósofo, epistemólogo y humanista Mario Bunge, quien en diciembre del 2012 brindó una serie de charlas auspiciadas por Universidad Nacional de Rosario (UNR), regresó esta semana a la ciudad para brindar dos conferencias. A los 95 años, Bunge presentará en los próximos días su autobiografía titulada "Memorias. Entre dos mundos". El filósofo señaló que la escribió porque "andan por ahí muchas leyendas", pero además porque "tenía que aclarar los aspectos políticos, mis diferencias con el comunismo, mi interpretación del socialismo". Detractor de las pseudociencias y "los macaneadores que han luchado contra el enfoque científico de los hechos sociales", Bunge sostuvo que "no hay ningún científico social argentino que haya alcanzado el nivel de los físicos, los químicos, y los biólogos argentinos". De todos modos, consideró que ve "un gran progreso en las Ciencias Naturales, debido al impulso que le dieron los dos gobiernos K".

Para escribir sus memorias, Bunge dijo que no tenía documentos ya que decidió entregar el archivo que tenía, básicamente correspondencia intercambiada con científicos de muchas partes del mundo. Consultado si tuvo dificultades en el proceso, el epistemólogo señaló: "Eso fue lo que yo creía y uno de los motivos por los cuales postergaba. Pero cuando empecé, salieron a borbotones, comenzaron a hilvanarse los recuerdos, lo escribí con bastante facilidad y con gran rapidez".

En una época dominada por las nuevas tecnologías, el físico planteó que los nuevos medios "han facilitado enormemente la búsqueda de información, pero eso no es lo mismo que comprensión, no es lo mismo que el conocimiento. En un estudio que se realizó hace muy poco sobre el rendimiento escolar en distintos países, resulta que la Argentina está bien abajo, y uno de los principales problemas es que los chicos no entienden los textos. No sé cuál es el motivo, pero posiblemente uno de los motivos es que los maestros tampoco los entienden, y si los entienden no se toman el trabajo de explicárselos".

Según Bunge, esto puede ocurrir porque los maestros "deben estar sobrecargados de trabajo y no tienen tiempo de seguir estudiando, pero además se debe haber difundido mucho el anticientificismo, sobretodo en los estudios sociales. Recuerde las fallas clásicas de la escuela argentina, memoristas como las escuelas religiosas, falta de discusión y diálogo entre alumnos y profesores, y además obligación de recordar pavadas, como los nombres de las carabelas de Colón o de esos hombres que distribuyeron escarapelas el 25 de mayo, a quién le sirve eso".

El pasado 23 de setiembre, Bunge dictó una conferencia titulada "Elogio del Cientificismo" en el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, y el jueves abordó en la ciudad la temática en el marco del Programa de Extensión en Ciencia, Tecnología y Capital Social, organizado por Defante & Cia. Ayer, el filósofo abordó el tópico Generalistas y Especialistas. Antes de responder las consultas de Rosario/12, el filósofo señaló en varias oportunidades que prefería no hablar de temas vinculados a la actualidad del país.

"Vivo a 10 mil kilómetros de distancia, hace 52 años que me fui, no sé qué pasa. No sé si en la Argentina hay sociólogos, politólogos, economistas científicos. Por supuesto, no puede dejar de haber gente que estudie la política, pero no estoy al tanto porque no publican en las publicaciones internacionales que frecuento. No hay ningún científico social argentino que haya alcanzado el nivel de los físicos, los químicos, los biólogos argentinos", planteó Bunge.

"Es por el atraso que proviene en gran parte del combate de los macaneadores, los existencialistas, los nietzcheanos, y los neo marxistas, que han luchado contra el enfoque científico de los hechos sociales. Esto viene desde 1930 porque antes; entre Sarmiento -que fue el primer divulgador científico escribiendo libros en Chile porque estaba exiliado y que nadie conoce- y 1930, la intelectualidad argentina era amiga de las ciencias, pero después sufrió la influencia de los oscurantistas alemanes, franceses, italianos", agregó el filósofo.

Según Bunge, la excepción se dio en 1955, cuando Gino Germani formó en soledad el Departamento de Sociología en la Facultad de Filosofía. "Pero duró 11 años, lo que duró la universidad argentina, que después fue aplastada. En ese tiempo formó a alguna gente, pero leían principalmente a autores extranjeros porque no habían autores nacionales. Y muchos se fueron porque no entendían al peronismo, y el que no entiende al peronismo no entiende el país y no puede hacer ciencias sociales".

-¿Por qué considera que es tan problemático entender al peronismo?

-Germani, e incluso yo en aquella época, lo mirábamos desde el punto de vista europeo. Había las categorías clásicas: conservadurismo, liberalismo, socialismo, comunismo, fascismo, y había que encajar al peronismo en alguna. Los comunistas y la oposición en general lo encajaron dentro del fascismo. No entendieron que era un fenómeno propio, original, que aunque tenía sus simpatías por el fascismo no lo ejerció porque tenía una popularidad enorme, el 80 por ciento de los votos. Además, los peronistas que vinieron después traicionaron algunos postulados fundamentales. Por ejemplo, Menem vendió al país, destruyó la industria; en cambio Perón defendió al país y fomentó el desarrollo industrial, eso no se puede negar.

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Bunge: "Ningún científico social argentino alcanzó el nivel de nuestros físicos, químicos y biólogos".
Imagen: Andrés Macera
 
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