Sábado, 28 de febrero de 2015 | Hoy
UNIVERSIDAD › APUESTAN A LA PURIFICACIóN PARA MEJORAR LOS PROCESOS INDUSTRIALES
Un grupo de estudios de la Facultad de Bioquímicas trabaja en la obtención de estas moléculas biológicas purificadas a partir de fuentes naturales, con el objetivo de evitar el uso de químicos que realizan el proceso con más riesgos.
Por Rodrigo López Sclauzero
Cuando escucha hablar de enzimas, lo primero que imagina cualquier persona sin registro científico de la palabra, es lo que se ve en los comerciales de jabón en polvo con esas microscópicas pelotitas de colores que se enredan en la ropas, mientras un locutor explica el beneficio quitamanchas que esas partículas generan sobre la tela.
Y es así, las enzimas están ahí. Pero también se encuentran en alimentos, en la industria del cuero, y hasta en el proceso de producción de papel. Las enzimas son moléculas biológicas generadas por la fisiología de un organismo, por ende en su mayoría son de origen natural, aunque existen algunas formas artificiales.
Desde el Area de Procesos Biotecnológicos de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), un grupo de investigadores coordinados por la doctora Diana Romanini trabaja en la obtención de enzimas purificadas a partir de fuentes naturales y no de organismos modificados genéticamente, con el fin de diseñar estrategias sencillas, rápidas y de bajo costo que permitan ser utilizadas por las distintas industrias con el fin de aplicar un procedimiento de purificación menos contaminante.
"Nuestro trabajo consiste en poder separar a la enzima del complejo entorno en el que se encuentra donde hay un montón de otros organismos. Buscamos separarla de una manera limpia, que a la vez nos permita obtenerla en grandes cantidades y que la enzima, con todas sus proteínas, quede intacta", explicó Romanini.
Una vez purificada, esa enzima puede ser utilizada para distintos procesos industriales en conjunto con otros productos con el fin de minimizar los efectos contaminantes que, por ejemplo, el cromo genera en la industria del cuero o el clorado en la industria pastera.
-Cuando se refieren a la eficacia en los procesos para que sean menos contaminantes y a menor costo, ¿es muy importante la diferencia con los utilizado actualmente por las industrias?
--Sí. Cuando uno quiere lograr la producción de una enzima como producto final, es mucho más caro separarlo del entorno, que la producción de las enzimas en grandes cantidades y en forma química. Uno puede lograr una gran producción, pero luego la purificación se lleva el 80 por ciento del costo final de esa enzima. Por eso nosotros investigamos la optimización del proceso de purificación para la obtención de un buen rendimiento del cultivo.
--Esa sería la ecuación necesaria para que las industrias tomen un proceso natural en lugar de los químicos...
--Claro, porque la industria hoy requiere enzimas puras y en grandes cantidades.
-¿Y obtuvieron buenos resultados?
Hemos logrado muy buenos resultados utilizando polímeros sintéticos y naturales. Estos últimos pueden ser usados sin restricciones, y en el caso de los sintéticos preferimos la utilización de los biodegradables.
María Cecilia Porfiri y Mauricio Braia son integrantes del grupo de investigación que junto a Romanini también forman parte del flamante Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos Rosario (IPROBYQ) dependiente de CONICET UNR.
En su proyecto, Porfiri logró producir enzimas utilizando desechos del trigo. Lo hizo a partir de que un microorganismo requería la presencia de almidón para producir la enzima, y reemplazó el almidón comercial por un desecho industrial que contenía almidón, como lo es el rastrojo. De esta manera logró una muy buena producción y abaratar los costos utilizando algo que se tiraba.
Por otro lado, Braia trabajó sobre la tripsina y desarrolló una estrategia de purificación a partir del páncreas porcino y bovino, un elemento que es desechado y a la vez muy rico en enzimas.
Además, la doctora Gisela Tubio y la ingeniera ambiental Dana Loureiro, desarrollaron una tesis en la que diseñaron un proceso de purificación de xilanasa, un producto natural que reemplaza el clorado en la industria pastera, reduciendo así el gran efecto contaminante en la producción de papel.
La xilanasa pudo ser obtenida a través de la pascartina, una planta sin valor comercial ni comestible que crece de manera autóctona en nuestra región y que permite la producción de xilanasa en cultivos sólidos y líquidos. Esta investigación - que hasta hoy tuvo sólo resultados en el laboratorio- será escalada a nivel industrial en Brasil, a través de un convenio de cooperación internacional con la Universidad de San Pablo.
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