El jefe de Policía de la provincia, comisario general Gabriel Leegstra, saltó ayer de su cargo en medio de un escándalo político que salpica adentro y afuera de la Casa Gris. El gobernador Jorge Obeid ordenó el relevo de Leegtra por haber ventilado que el jefe de Drogas Peligrosas de Rosario, Alejandro Franganillo, está bajo sumario interno por un operativo antinarcóticos fallido que obligó al Tribunal Oral Federal Nº 2 de Rosario a declarar nulo el procedimiento y absolver a los imputados. Pero lo que más enojó a Obeid fue que Leegstra comparó la situación de Franganillo con la de su antecesor, el comisario Aldo Monzón, quien fue despedido por denuncias públicas de la jueza federal Laura Cosidoy. "Franganillo tiene más elementos en contra que Monzón", dijo Leegstra. Y Obeid explotó: ordenó a su ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, que le pida la renuncia al jefe de la Policía santafesina y designe en su reemplazo al segundo en la fuerza, comisario Ricardo Daniel Cáceres, que hoy asumirá el cargo. La jueza Cosidoy insistió que el "sacudón" a su recomendado Franganillo es un tiro "por elevación" contra ella, pero también contra Obeid. Sin embargo, Leegstra ratificó qué lo único que hizo fue cumplir con la ley. "Yo fui absolutamente objetivo porque en el caso Monzón ordené la instrucción del sumario por la denuncia pública de la doctora Cosidoy y en el caso Franganillo lo hice a pedido del Tribunal Oral Federal que elevó el expediente a consideración del Ministerio de Gobierno", se defendió el despedido.

La crisis detonó a primera hora cuando Obeid se anotició de las declaraciones públicas de Leegstra que dejaban a Franganillo bajo la lupa pública. Llamó entonces a Rosúa y le ordenó que lo eche del cargo, aunque con las formalidades de estilo. La Casa Gris confirmó el relevo en un comunicado de cinco líneas: el ministro Rosúa "aceptó la renuncia" de Leegstra y "en su reemplazo asumirá el comisario Cáceres, quien se venía desempeñando como subjefe de la fuerza".

Cáceres se convirtió así en el cuarto jefe de Policía de la provincia en un año. Un récord. El 13 de agosto de 2006, Obeid aceptó la renuncia de la doctora Leyla Perazzo después de la fuga de un narcotraficante, "King Kong", de la Alcaidía de Policía de Reconquista. La reemplazó el subjefe Jorge Pallavidini, quien se fue el 20 de febrero último con otros 40 oficiales superiores que cumplieron 30 años de servicio. El elegido para sucederlo fue Leegstra y ahora seguirá Cáceres, a quien el ex jefe policial consideró "parte de su equipo".

La renuncia forzada de Leegstra ya era la noticia del día cuando Obeid llegó hasta el parque Scalabrini Ortiz de Rosario para recorrer algunas obras en escuelas. Bajó de un helicóptero, en medio de un revuelo de escolares. Los cronistas lo rodearon, pero el gobernador esquivó las preguntas sobre el jefe de la Policía. "Es una decisión que tomamos con el ministro de Gobierno y él la va a explicar", afirmó.

-Pero Rosúa no está -le respondió un movilero.

-Ya va a venir -contestó Obeid. Y siguió con su agenda.

Sin embargo, Rosúa no llegó nunca a la recorrida oficial, prefirió salir por emisoras de radios. "Leegstra hizo algunas declaraciones respecto de los sumarios que se tramitan tanto a Franganillo como a Monzón que disgustaron al gobernador y dado que el cargo de jefe de Policía es de naturaleza política decidió pedirle la renuncia. El gobernador se comunicó conmigo y yo le transmití a Leegstra la decisión de que debía alejarse del cargo", dijo Rosúa. Y confirmó que el fastidio de Obeid fue porque Leegstra hizo "una comparación entre el sumario de Franganillo y el de Monzón".

-Pero algunos analistas sostienen que el gobernador como aprecia y tiene tanto afecto por la jueza Cosidoy también tomó en cuenta la opinión de la ella -le planteó un colega de LT9.

-Mire, yo no lo sé. Yo sé lo que el gobernador me dijo a mi, que las declaraciones de Leegstra respecto de los sumarios, que lo dijo por radio y se transcribió en un diario de Rosario, le había generado un disgusto. Y que entonces, le pidiera la renuncia. De manera que es lo único que puedo informarle -se molestó Rosúa.

Ya para entonces, la jueza Cosidoy había salido en defensa de Franganillo, a quien consideró un policía de su "absoluta confianza. Puedo decir que en Rosario no se está recaudando para nadie, explotando la impunidad en el narcotráfico. Creo que esto puede tener mucho que ver".

"Franganillo está pegando duro en Rosario a la gente que trafica estupefacientes y no se está recaudando en Rosario. Yo siempre sostuve, y eso se confirma en este momento, que desde que está el comisario Franganillo a cargo de la Dirección (Drogas Peligrosas) de Rosario no se recauda", insistió Cosidoy.

-¿No se recauda? -se sorprendió el cronista.

-No se recauda. Y creo que todo esto me lo confirma aún más -ratificó Cosidoy.

Leegstra evitó la polémica directa con Cosidoy, pero ratificó que dejaba el cargo "satisfecho. En todo momento, lo que hice fue cumplir la ley y hablar con la verdad".

-¿Y esa comparación sobre los casos de Franganillo y y Monzón fue mentirosa?

-Fui absolutamente objetivo. Porque en el caso Monzón yo ordené la instrucción del sumario por la denuncia pública de la doctora Cosidoy y en el caso Franganillo lo hago por un pedido del Tribunal Federal que elevó el expediente a consideración del Ministerio de Gobierno -explicó.

-Parece que esto molestó a la jueza Cosidoy.

-Yo no quiero entrar en polémicas. Lo que pretendo es dejarle en claro a la población, a la que destiné mi servicio y el de la institución policial, que actué con el convencimiento de brindar lo mejor y hacer cumplir la ley. Y quien me va a relevar en el cargo, el comisario Cáceres es parte de mi equipo de trabajo y considero que va a seguir trabajando en la misma línea y con el mismo sentido. Entonces, este relevo del jefe de ninguna manera tiene que inquietar a la ciudadanía -concluyó Leegstra.