El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, aseguró ayer que no tiene "ni idea" de por qué mataron al dirigente gremial Abel Beroiz, negó que la víctima tuviera diferencias con los sindicatos del interior y vinculó el hecho a la inseguridad. El dirigente gremial formuló estas escuetas declaraciones en Venado Tuerto, donde fueron inhumados los restos de Beroiz. Distinta fue la interpretación que hizo la hermana del hombre asesinado, la monja carmelita de Santa Teresa, Blanca Rosa Beroiz, para quien el crimen de su hermano no está relacionado a un robo y dijo que "estaba todo preparado para quitarle la vida".

Moyano llegó a Venado Tuerto cerca de las 8 para participar del velatorio de Beroiz, el cual se realizó en la sede de la seccional local del Sindicato de Camioneros. El dirigente gremial ingresó a las 8.20 a la sala del primer piso del gremio, para saludar a los familiares de Beroiz, entre ellos los tres hijos, Silvia, de 47 años; Abel, de 45; y Sandra, de 38; y la esposa María Inés Martín, de 71. Allí permaneció, junto a otros dirigentes gremiales como el líder del sindicato de los taxis, Omar Viviani, durante una hora y media, tras lo cual dijo estar "desconcertado" y sin tener "mínima idea" de los motivos del crimen.

"Lo que más nos sorprende es la saña con la que mataron al compañero", expresó el titular de la CGT. Al ser consultado acerca de la versión que indicaba que Beroiz tenía problemas con los gremialistas del interior, Moyano subrayó que no tenían diferencias a ningún nivel del gremio. "En Buenos Aires ni nos imaginamos que él pudiera tener un problema de estos, porque no teníamos ningún tipo de diferencias ni en el Consejo Directivo Central ni en los sindicatos del interior del país", remarcó.

El líder de la central obrera dijo que si bien el tema de la investigación está en manos de la justicia, va a exigir que la pesquisa llegue hasta el final. "Nosotros lo que sí vamos a exigir es que la investigación llegue hasta lograr saber los motivos y quiénes fueron los que lo asesinaron", enfatizó el jefe cegetista.

Moyano calificó como "absurdos" los rumores que indicaban que Beroiz había ido a Rosario para comprar el ex Sanatorio Güemes. El secretario general de la CGT negó que el ataque a Beroiz haya sido un mensaje a la organización gremial y lo adjudicó a un hecho aislado de inseguridad. "Inseguridad hay en todas partes, como el caso del vicejefe de gabinete Jorge Rivas. Son hechos aislados, pueden ocurrir en el gremialismo, en el ambiente de ustedes (por los periodistas) o en cualquier lado. No se puede generalizar estos temas que son tan delicados", indicó.

Por su parte, la hermana de Beroiz dijo que se siente dolida porque "en la patria sigue predominando la cultura de la muerte, en donde no se respeta la dignidad de las personas, en donde no se respeta el valor de la vida. Lamentamos también la falta de Justicia que hay en nuestra patria. No puede ser que día a día seamos testigos de delitos y actos criminales y que queden los casos sin resolver", reflexionó. "Sabemos -agregó la religiosa- que detrás de esto hay algún otro problema porque sabemos muy bien que no fue un intento de robo. A mi hermano no le sacaron nada, no le pidieron nada, sólo estaba todo preparado para quitarle la vida".

Pasadas las 10 partió el cortejo fúnebre y los restos fueron inhumados en un panteón del cementerio local. Beroiz, que también era secretario general del gremio de camioneros de Venado Tuerto, falleció cerca de la 1 del miércoles en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez.

Beroiz, quien residía en la Capital Federal, era un hombre "muy cercano" a Moyano. El sindicalista fue atacado el martes a las 7 de la mañana por dos jóvenes que lo interceptaron cuando fue a sacar su auto Volkswagen Passat de un estacionamiento del Automóvil Club Argentino (ACA), en un subsuelo de la Plaza Montenegro de Rosario. Beroiz recibió dos balazos en el pecho y dos puntazos en el abdomen.