Unos 3.000 trabajadores del sindicato aceitero de San Lorenzo, en el sur de Santa Fe, iniciaron ayer un paro por 48 horas, con piquetes que impidieron el ingreso y la salida de camiones de las fábricas, pero suspendieron la medida hoy a la madrugada, a modo de tregua para negociar. "Desde mayo del año pasado venimos pidiendo un aumento a las empresas, y luego de buscar una solución en las paritarias realizadas el viernes pasado en la Capital Federal, resolvimos una medida de fuerza ante la falta de respuestas", expresó el secretario general del gremio, Pablo Reguera.

El dirigente señaló que exigen "un sueldo de 2.500 pesos, que en realidad se transforma en un salario de bolsillo de 2.000 pesos" y explicó que "hasta ahora, la patronal sólo ofreció el pago de una suma por única vez, no remunerativa y no bonificable y eso fue rechazado. Es incomprensible que una industria que moviliza millones de pesos al año no acuerde un sueldo digno con los trabajadores".

Reguera destacó que la medida estaba causando "inconvenientes" ayer, porque "en las plantas aceiteras diariamente ingresan entre 12 y 15 mil camiones". En cambio, durante todo el lunes, los trabajadores los hicieron regresar a sus lugares de origen. "En su defecto se quedan a la vera de las autopistas o de la ruta nacional 11", precisó.

Numerosos grupos de trabajadores se concentraron frente a las industrias para evitar que los camiones ingresen a descargar los granos por lo que esta mañana más de 1.000 vehículos de gran porte habían quedado detenidos en el lugar.

La medida provocó el embotellamiento de vehículos de gran porte que llegaron hasta el lugar, pero no afectó de manera directa a los vehículos particulares. Por la tarde, el sindicato anunció una tregua a partir de esta madrugada para mejorar la negociación.