Miércoles, 30 de abril de 2008 | Hoy
Así lo señaló la Presidenta en el acto de adjudicación de la obra. El intendente de Rosario coincidió con Cristina, mientras Binner se retiró del lugar sin formular declaraciones
Por Claudio Socolsky
Cristina Fernández de Kirchner presidió ayer la firma del contrato de construcción del sistema ferroviario de alta velocidad que unirá Buenos Aires, Rosario y Córdoba en tres horas. El costo del proyecto será de 2.400 millones de euros y será financiado por el banco francés Natixis, a través de deudas obligatorias sucesivas del Estado a 30 años de plazo, con 7 años de gracia. Con la entrada en vigencia del contrato comenzará el desarrollo del proyecto ejecutivo y la ingeniería de detalle. Luego de su aprobación, que puede ser en 12 meses, empezarán las obras, que durarán 48 meses para el tramo Buenos Aires-Rosario, y 49 meses para el tramo Rosario-Córdoba. Del acto realizado en un atiborrado Salón Sur de Casa de Gobierno, participaron el gobernador Hermes Binner -que se retiró del lugar sin realizar declaraciones- y el intendente Miguel Lifschitz, quien señaló que la adjudicación "es importante para la Argentina, y especialmente para Rosario. A partir de la firma de este contrato se pone en marcha un proyecto que le va a cambiar la cara a la ciudad, y producirá un enorme impacto. No solamente en materia de transporte, de la actividad turística y económica; si no también que es muy fuerte desde el punto de vista urbanístico".
Los comentarios en el Salón Sur de la Casa de Gobierno fueron coincidentes. La Presidenta demoró más tiempo en acudir a la reunión -programada inicialmente para las 11.30- que lo que podría demorar el Tren de Alta Velocidad (TAVE) desde Retiro, hasta donde finalmente se terminará de construir la estación en Rosario (85 minutos); lugar que todavía hay que definir.
La Presidenta, que estuvo flanqueada por el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, luego de presenciar el video con la presentación del proyecto adjudicado al consorcio Veloxia -integrado por Alstom, IECSA, Isolux Corsan y EMEPA - escuchó con atención las palabras del intendente de Córdoba, Daniel Giacomino, cuyo discurso hizo eje en "los palos" que recibió por apoyar la concreción del proyecto COBRA.
Cristina Fernández se apoyó en las palabras del intendente cordobés para justificar la idea de llevar adelante el Tren de Alta Velocidad. "Es un salto a la modernidad. Una obra que va a cambiar el perfil de la región porque comunica al 60 por ciento de la población del país prácticamente y al corredor agroindustrial más importante de la Argentina", precisó la Presidenta, quien destacó que se consiguió el "100 por ciento del finaciamiento". La Presidenta pidió ir a los archivos de los diarios españoles donde, según la mandataria, pueden leerse infinidad de críticas que en su momento realizaron los medios de España para el AVE, el tren rápido Madrid-Sevilla.
Al término del acto, el intendente manifestó que el TAVE es un proyecto "que apoyé desde sus comienzos y que encaja perfectamente con las propuestas que hicimos hace tiempo desde el Plan Estratégico Rosario. Esperamos que a partir de ahora se vayan cumpliendo los plazos. Tenemos un año de trabajo con los equipos técnicos de la empresa adjudicataria para elaborar el proyecto definitivo. A partir de allí empezarán las obras, que comenzarán justamente en el tramo RosarioBuenos Aires. Incluso, es probable que comiencen desde nuestra ciudad, lo cual para nosotros es muy importante".
La apertura de los talleres en Rosario, para la construcción y el mantenimiento de la obra, fue otro de los puntos destacados por el intendente, quien sostuvo que "es importante para que la ciudad recupere la historia de tradición ferroviaria".
Consultado sobre el escepticismo de la opinión pública hacia el proyecto, Lifschitz dijo que "en todas las oportunidades que he podido expresé nuestro apoyo, y estoy de acuerdo con lo dicho por la Presidenta, en el sentido de que este proyecto no es contradictorio con las prioridades que tiene el país sobre las que hay que trabajar".
En relación a la denuncia penal realizada ayer por la Coalición Cívica, por irregularidades en el contrato de adjudicación, el intendente manifestó que "es legítimo que haya objeciones políticas, técnicas o económicas, es parte de la diversidad de opiniones alrededor de una obra de tanta magnitud. Nosotros no tenemos incumbencia en la operatoria del proyecto; pero si hay denuncias de irregularidades, o cuestiones que se aparten de la legalidad, en todo caso la justicia tendrá que investigar y esclarecer".
Rosario/12 le preguntó al intendente si habrá que empezar a separar la diversidad de opiniones de los palos, a los que hizo referencia la Presidenta. "Si hay cuestionamientos legales, son temas que se deben dirimir en el ámbito de la justicia -respondió Lifschitz-. Lo otro; lo que puede ser la discusión conceptual, política, sobre la conveniencia y la prioridad o no del proyecto, por supuesto que puede haber diversidad de opiniones. En este sentido tengo una opinión formada. Creo que es una obra fundamental, estratégica, que no se contradice con otras prioridades que tiene el país. En todo caso se complementa con otros proyectos que son importantes realizar en Argentina".
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