Un paso adelante y otro atrás. Así continúa la situación en la Facultad de Humanidades y Artes. Mientras un grupo importante de docentes retomó la medida de no concurrir a trabajar, al menos hasta el viernes; ayer al mediodía, el presidente del Centro de Estudiantes, Lisandro Citta, enfrentó a alumnos que lo increparon para que acepte la presencia de una agencia de seguridad privada, aprobada por el consejo directivo de la Facultad, para destrabar la paralización de actividades que se inició el 16 de mayo pasado. En duros términos, le plantearon los problemas de seguridad en el edificio de Entre Ríos al 700 y el temor a perder el año por la extensa suspensión de clases y exámenes.

Si bien las partes habían llegado a un acuerdo provisorio el viernes pasado, una asamblea entre docentes y no docentes alineados con el oficialismo determinó ayer que se suspendieran nuevamente las actividades.

Los profesores Juan Renold y Fernando Avendaño fueron los voceros de los docentes que no darán clases, en defensa de la contratación de una agencia de seguridad privada, que fue echada de la institución por el Centro de Estudiantes. "Los docentes hemos decidido mantener la suspensión de actividades", indicaron, mientras subsista "la posición intransigente del centro de estudiantes, con respecto a no asumir un compromiso expreso vinculado a restringir la presencia de personas ajenas a nuestra comunidad universitaria en la facultad".

Las partes habían firmado un acta provisoria. Citta explicó que en el acuerdo, firmado "por el vicedecano de la facultad, los docentes, no docentes, y las distintas agrupaciones estudiantiles, se establecía que personal no docente se hacía cargo de la seguridad, que no se iba a restringir el ingreso de personas; y que existen reglas de convivencia claras y concretas en la facultad para resolver el problema".

Sin embargo, el acuerdo duró poco. "El lunes -indicó Citta-, en una reunión de docentes oficialistas, decidieron que ese acuerdo no era válido, y que no dictarían clases hasta el martes que viene. Esta es la situación hasta hoy (por ayer). Hay una parte de los docentes que evidentemente no quiere ceder, y después nos acusan a nosotros de intransigentes". Los estudiantes, docentes y no docentes que no están de acuerdo con la vigilancia privada realizaron ayer una asamblea donde evaluaron los pasos a seguir.

A Citta, además, le tocó poner la cara ayer al mediodía, en Entre Ríos y Córdoba, con estudiantes independientes de la Facultad, en una discusión que alcanzó un tono elevado, ante la mirada sorprendida de los ocasionales peatones.

Uno de los estudiantes le recriminó a Citta que la decisión de contratar seguridad privada la había tomado el consejo directivo de la facultad. "Flaco, abrite y destrabá el conflicto. Ustedes no están de acuerdo con una decisión del consejo y son la minoría. Lo que están haciendo es ilegal y nos van a hacer perder el año", le gritó.

El iracundo tono de la discusión llamó la atención de los peatones. Una señora le recordó a Citta que en la facultad "se fuma marihuana y encontraron a un chico intoxicado con pegamento". Y le preguntó, con tono de reto: "¿Qué hizo el centro de estudiantes?". Con calma, el dirigente estudiantil le explicó que una comisión trabaja desde el año pasado para resolver el tema de los chicos de la calle que pasan la noche en la institución; pero en lugar de apostar a esa solución, el órgano de gobierno de la Facultad decidió contratar seguridad privada.

Citta dijo que la comisión apuntaba a evitar que los chicos "fueran echados, como si estuvieran en un shopping". Al borde de los gritos, un transeúnte le preguntaba al estudiante, "¿te llevaste alguna vez un pibe a tu casa?". Con una sonrisa, Citta dio por terminada la discusión, mientras varios estudiantes continuaban el acalorado debate.