Concejales, titulares de licencias y peones de taxis hicieron cola ayer para cuestionar el aumento de las multas para infracciones de tránsito anunciado por la intendencia. "El municipio sólo persigue con esa política un afán recaudatorio, es notoria la ausencia de campañas de concientización y educación vial que ataquen el problema desde su origen", denunció el edil justicialista Arturo Gandolla. "A esta administración no se le cae una idea para mejorar el tránsito, las sanciones ya son altas", planteó el radical Jorge Boasso.

El miércoles el intendente Miguel Lifschitz y parte de su gabinete anunciaron un paquete de medidas en materia de seguridad vial tendiente a profundizar la reducción de accidentes, heridos y víctimas fatales. La idea del Ejecutivo es elevar las sanciones para los automovilistas que crucen el semáforo en rojo, a quienes estacionan en doble fila o en lugares indebidos y profundizar los controles a motociclistas.

"Nos llama la atención que el intendente diga que las infracciones de tránsito obedecen a problemas culturales de los rosarinos que son afectos al incumplimiento, y que plantee como respuesta combatir esos hábitos y costumbres con un talonario de actas de infracción en la mano", señaló Gandolla.

El edil denunció además "el abandono de poder de policía por parte del Estado, ya que muchas de las infracciones tienen que ver con la falta de presencia de inspectores en los lugares donde se producen, como el estacionamiento en doble fila a la salida de las escuelas y colegios".

Para Gandolla, "cuando se cancelan espectáculos culturales en la ciudad y se recortan horas extras de los trabajadores municipales por falta de recursos, queda claro que el aumento del valor de las multas sólo persigue un fin recaudatorio para cubrir parte del déficit".

No menos duro fue Boasso. "A esta administración no se le cae una idea para mejorar el tránsito, todo pasa por la recaudación" expresó a LT8. Según el edil radical las "multas ya son altas, van de 300 a 900 pesos. El Ejecutivo debe ejercer el control de policía y sostenerlo en el tiempo, con presencia de inspectores en las calles, y esto es una falencia de la Dirección de Transito. Esto no se arregla con aumentos sino con inspectores, controlando, enseñando, no haciendo multas".

Desde la Asociación de Titulares de Taxis Independientes (ATTI), Mario Cesca aludió a la doble fila: "No es un estacionamiento, sino una detención momentánea que generalmente tiene que ver con que los lugares asignados para nosotros para carga y descarga de pasajeros, siempre están ocupados". Y abundó: "Esta medida tiene un interés netamente recaudatorio y no resuelve el problema en sí. Pero lo que hay que tratar de ordenarlo de alguna manera porque cuando la gente llega al centro no sabe qué hacer con él. Y las playas de estacionamiento o están saturadas o son carísimas. Mucha gente usa el taxi porque no tiene dónde poner el coche".