La Fundación Madres de Plaza de Mayo tiene avanzadas negociaciones con la Municipalidad de Rosario para construir un barrio de viviendas para la comunidad toba de Juan José Paso y avenida de la Travesía. Hasta el momento Sergio Schoklender -presidente de la Fundación- viajó a Rosario para ofrecer el sistema de construcción y una comitiva con funcionarios municipales y miembros de la comunidad hicieron lo propio el último martes para conocer en detalle uno de los barrios en construcción. La Fundación tiene proyectos en marcha para levantar 2610 viviendas en distintos lugares del país, con lo cual puede acreditar experiencia, pero el rasgo más importante es que los nuevos techos vienen acompañados de trabajo, capacitación y organización vecinal.

Una plancha de telgopor, protegida por dos mallas de alambre y cubiertas por dos delgadas capas de cemento. Esa es la fórmula que emplea la Fundación Madres de Plaza de Mayo para su proyecto de construcción de viviendas populares. Esa placa de no más de quince centímetros de ancho es capaz de sostener un edificio de hasta tres plantas. Las construcciones están en pie en la Villa 15 (Mataderos), ya habitadas.

Las planchas se fabrican en una planta inaugurada en septiembre del año pasado en barrio de Barracas, gestionada por la Fundación y la Corporación Buenos Aires Sur. El consorcio compró maquinaria de tecnología italiana por valor de 2 millones de euros. La planta tendría capacidad para producir bloques para construir 10 mil viviendas en un año.

El poliestireno expandido (más conocido como telgopor) tiene 8 centímetros de grosor, un metro cincuenta de ancho y tres de alto. Esta recubierto por mallas de alambre de acero de dos milímetros de espesor. Y al ser cubierto de cemento se convierte en una pared o en un techo.

"Tienen aislación acústica y térmica, son ignífugos y hasta podrían resistir un sismo", explicó Sergio Schoklender, director ejecutivo de la fundación e inspirador del proyecto que bautizó Sueños Compartidos. Esos paneles se convertirán en paredes, sin necesidad de cimientos, revestidos con una capa de tres centímetros de cemento con fibra de polietileno, lo que lo hace más elástico. Las viviendas están equipadas con termotanque y son entregadas con toda la iluminación instalada, camas, mesa con sillas y hasta cortinas.

De no mediar ningún hecho fortuito los rosarinos podrán comprobar sus virtudes, que no solo se limitan al costo, ya que una vivienda tipo se construye con menos de 90 mil pesos, sino por la rapidez y la forma en que se construye: con la mano de obra del mismo barrio.