En sintonía con la mejora del empleo conocida semanas atrás, ahora la pobreza y la indigencia bajaron fuertemente en el Gran Rosario. Según informó ayer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, en el primer semestre del año la cantidad de personas pobres en la ciudad y su región bajó más de seis puntos porcentuales en comparación con igual período de 2007 (pasó del 18.3 al 12 por ciento). La disminución de indigentes fue de 1.6 pasando del 5.5 registrado el año pasado al 3.9 actual. Los números locales son auspiciosos además ya que, a excepción de la región patagónica y la Capital Federal, el área metropolitana de Rosario registró uno de los porcentajes más bajos del país, lejos del 54 por ciento de 2003. Para el secretario de Promoción Social municipal, Fernando Asegurado, los números difundidos "parecen exagerados", aunque aclaró no tener datos "científicos propios". En el Gran Santa Fe también descendieron ambos indicadores socioeconómicos, pero los guarismos detectados siguen siendo elevados (18.2 por ciento de pobreza y 6.1 de indigencia).

Las cifras conocidas ayer no están exentas de polémica. Ocurre que para determinar si un hogar y sus integrantes son pobres, indigentes o bien se encuentran "integrados" se utiliza la canasta básica y la canasta ampliada de alimentos, bienes y servicios del Indec tan cuestionada en ámbitos académicos y fundamentalmente por la oposición política, ante cada difusión de la inflación mensual de la Argentina.

En esa línea, el secretario Asegurado dijo estar "algo sorprendido" por los porcentajes difundidos. "En el municipio no contamos con datos científicos propios para contrastar esa medición", aclaró el funcionario para después agregar: "Lo que teníamos hasta ahora eran sensaciones en torno al efecto que produce el proceso inflacionario en los sectores más vulnerables. Está claro que la inflación los aleja de una solución estructural que viven desde hace años".

Según Asegurado "entre los meses de marzo y mayo se había notado un incremento de la demanda alimentaria y de los reclamos sociales seguramente vinculados al momento de inestabilidad que vivió el país en ese tramo del año", en alusión al lockout agropecuario y la suba de los precios de los alimentos. "A partir de julio -continuó el titular de la Secretaría de Promoción Social- notamos que esa demanda se estabilizó", coincidiendo con la derogación de la Resolución 125 y el levantamiento de piquetes, así como con una mayor estabilización en los precios.

Para el secretario de Promoción Social "los porcentajes del Indec parecen exagerados". No obstante ello, remarcó que de ser así "nos estamos ubicando ante los bolsones de pobreza estructural más difíciles de vencer. Sectores que pese a la reactivación económica no se los consigue integrar fácilmente, para lo cual es necesario profundizar políticas públicas de asistencia y capacitación laboral".

A nivel nacional, la pobreza se ubicó en el 17.8 por ciento, mientras que la indigencia fue del 5.1 por ciento, cifras más altas que en la región y su área metropolitana.