CIUDAD › LIFSCHITZ CARGó CONTRA GREMIALISTAS ROSARINOS
"No entienden el país que se viene", dijo el intendente ante la posibilidad de que el gremio de los municipales vuelva al paro la semana que viene. "Viven en un frasco", enfatizó.
› Por Guillermo Zysman
Con inusual dureza, Miguel Lifschitz cuestionó ayer la postura del Sindicato de Empleados Municipales de Rosario cuya cúpula advirtió sobre nuevas medidas de fuerza a partir del lunes si no se mejoraba la última oferta salarial. "Creo que la dirigencia gremial en este caso está totalmente fuera de contexto, no entienden el país que se viene, las consecuencias de la crisis (financiera internacional), ni lo que está hablando la sociedad argentina, me parece que viven en un frasco", disparó el intendente en diálogo con LT8. Lifschitz insistió en pedirle "cordura" al sector en sus reivindicaciones tras lo cual recordó que "en un escenario donde hay despidos, ellos trabajan seis horas, tienen estabilidad laboral y recibieron en lo que va del año 35 por ciento de aumento". La respuesta del gremio no se hizo esperar: "Evidentemente todo este enojo del intendente es parte de no tener capacidad negociadora. Ayer (por el jueves) en el Ministerio de Trabajo nos tomaron el pelo", retrucó el secretario adjunto del gremio Antonio Ratner quien confirmó que la semana próxima se retomará el plan de lucha de no aparecer una propuesta superadora.
Lifschitz vinculó los diagnósticos vertidos el jueves por los economistas que convocó al Palacio de los Leones para analizar el temblor financiero global con el conflicto desatado hace ya varias semanas con los trabajadores comunales. "Yo a los economistas les creo, pero poco", comenzó diciendo el intendente para después, más serio reiterar que "hubo un consenso generalizado sobre el impacto en la economía real de esta crisis. Eso se traduce en retracción en el consumo, caída en la recaudación y en la generación de puestos de trabajo".
Luego advirtió: "La Argentina está en un escenario muy complicado, la Presidenta ha convocado a las organizaciones empresarias, a la CGT nacional, a un pacto de prudencia para tratar de mantener las fuentes de trabajo que es lo más importante y yo creo que esto también lo tienen que entender los dirigentes gremiales, no podemos seguir pensando en tirar la cuerda como si nada pasara, como si estuviéramos en el mejor de los mundos".
El Sindicato de Empleados Municipales ya adelantó que no acepta la última oferta salarial y amenazó con nuevos paros de no ser mejorada la propuesta.
Creo que la dirigencia gremial en este caso está totalmente fuera de contexto, no entienden el país que se viene, las consecuencias de la crisis (financiera internacional), ni lo que está hablando la sociedad argentina, me parece que viven en un frasco.
¡Evalúan mejorar la oferta salarial o no tienen margen?
Lo he dicho y lo vuelvo a decir, los trabajadores municipales ya han tenido en este año un 35 por ciento de incremento y están reclamando todavía un 10 por ciento más, en un panorama donde todo el mundo vaticina que los recursos tributarios se van a caer en los próximos meses y en el año próximo. En un escenario donde hay suspensiones ellos tienen estabilidad laboral, trabajan seis horas y mejoraron mucho sus ingresos.
Ratner no tardó en responderle a Lifschitz. "Evidentemente, todo este enojo es parte de no tener capacidad negociadora, de diálogo y consenso. Ayer (por el jueves), en el ministerio de Trabajo, prácticamente nos tomaron el pelo con la propuesta que le hicieron al sector municipal. Y la verdad es que los representantes que el intendente manda a discutir con los trabajadores no aportan absolutamente nada", disparó el dirigente.
Además, lamentó que el "intendente piense así de sus trabajadores" porque, según Ratner, "esta ciudad (Rosario) es grande y se hizo de la mano de sus trabajadores, de quienes atienden en los hospitales, los parques y paseos, el tránsito, los comercios, la defensa civil, emergencias, la administración, los distritos, todo esto está cubierto por el personal".
El adjunto de los municipales le recordó a Lifschitz que "la estabilidad laboral de los empleados públicos no la inventó nuestro gremio, es una conquista que se consiguió para evitar que ante cada cambio de gobierno las autoridades que asumieran despidieran a los empleados que estaban en funciones y pusieran a otros".
Finalmente Ratner admitió que "si el lunes no tenemos un acercamiento para evaluar en el plenario de secretarios generales es muy probable que surja un plan de lucha".
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