La posibilidad de llegar a un acuerdo entre la empresa General Motors y el Smata entró en un cono de sombras. En el marco de la conciliación obligatoria dispuesta por el gobierno provincial, a raíz de la decisión de la empresa de despedir a 435 operarios de la planta de Alvear, las partes volvieron a exponer sus propuestas ayer, en la sede local del ministerio de Trabajo, pero lo hicieron por separado, para subrayar lo lejos que están de llegar a un acuerdo. Mientras el gremio pretende que no quede ningún trabajador afuera, la empresa se mantiene firme en su postura de suspender a 150. Aunque ahora propone que la suspensión sea por tres meses, con cobro del total del sueldo remunerativo, y volver a negociar en marzo. "Es una provocación", resumieron los dirigentes de Smata, quienes no descartaron tomar la planta si no se llega a un acuerdo. Desde la cartera laboral señalaron que convocarán a las partes a una nueva reunión para mañana a las 9.

Para dejar en claro que no hay mucho margen de negociación, la empresa llevó su propuesta por escrito. Por su parte, los trabajadores denunciaron que fueron presionados por los coordinadores de la empresa para que firmen un documento indicando que no están de acuerdo con la propuesta sindical de rotar las suspensiones.

Cuando parecía que las partes estaban llegando a un acuerdo para dejar sin efecto los 435 despidos en la empresa General Motors, los representantes de la automotriz llegaron más tarde a la audiencia programada para ayer a las 11, en el marco de la conciliación obligatoria ﷓que vence el martes próximo﷓ y no habría posibilidades legales de extenderla, según explicó la viceministra de Trabajo, Alicia Ciciliani.

La funcionaria se había mostrado optimista ayer a la mañana, cuando en declaraciones a Radio 2 señalaba: "Hay expectativas de acuerdo, ya no puede pasar de esta semana. Esperamos una respuesta de la empresa, la posibilidad cierta de que esto afecte a la menor cantidad de trabajadores".

El sindicato, puntualmente a las 11, volvió a exponer su propuesta, basada en un sistema de rotación de los 2.200 trabajadores. Acompañaron a los dirigentes locales integrantes del Consejo Directivo del Smata a nivel nacional. Pero la empresa se presentó dos horas más tarde, llevando por escrito su propuesta para llegar a un acuerdo, pero con los 150 trabajadores fuera de la planta, y sentarse nuevamente en marzo para evaluar la situación.

"Es una provocación", se quejaron desde el gremio que nuclea a los mecánicos, quienes no descartaron medidas de acción directa si no se llega a un acuerdo antes del martes, día que finalizará la conciliación obligatoria dispuesta por la cartera laboral de la provincia.

El delegado de la comisión interna Mariano Fernández, repudió que la empresa presione para que los empleados firmen. "Mandar a un jefe o un coordinador para presionar a una persona para que firme no tiene ninguna validez legal", consideró y apuntó que "buscan generar un conflicto con los compañeros, que la gente se enoje. Es prácticamente imposible creer que un trabajador esté en contra de cualquier protesta que no lo perjudique y que le de la estabilidad".