Lunes, 15 de diciembre de 2008 | Hoy
CIUDAD › DOS ONG FORMAN A ADOLESCENTES PARA QUE SEAN PREVENTORES DE ADICCIONES CON SUS PARES
Chicos de entre 12 y 20 años participan de un curso, en el marco de un proyecto de ley de la diputada Claudia Saldaña, aún no aprobado. "No te drogues, afrontá tus problemas, queremos darte una mano", dicen los carteles que confeccionaron.
Por Evelyn Arach
Es sábado y hace calor. Pero ellos no faltaron a la cita. Son 60 jóvenes de entre 12 y 20 años llegados de los barrios más pobres de Rosario, donde el flagelo de las drogas atraviesa a niños y adolescentes. Por eso, en el marco de un proyecto presentado por la diputada provincial del Frente para la Victoria, Claudia Saldaña, que aún no fue aprobado, dos ONG preparan a estos chicos como capacitadores para ayudar a sus pares no sucumbir al consumo de estupefacientes. "Sabemos que ellos tienen códigos, formas de comunicarse y entenderse que no siempre los adultos comprendemos. Es por eso que el mejor preventor de un adolescente es otro adolescente, son ellos quienes comparten el contexto, momentos y charlas en los que los adultos estamos ajenos", explica Mabel Ríos, del Centro de Estudios Populares (CEP), una de las organizaciones sociales que participa en la capacitación. El 27 de diciembre cerrarán las jornadas en peatonal Córdoba con una campaña de difusión dirigida a otros jóvenes. En algunos de los afiches y volantes ellos escribieron: "No te drogues, afrontá tus problemas, queremos darte una mano".
La iniciativa surgió de los mismos chicos. Cuando en febrero de este año participaron de las actividades culturales planteadas por el CEP, se les consultó sobre su principal preocupación y en nueve barrios la inquietud emergente fue el consumo de narcóticos. Pese a que Saldaña presentó el proyecto en la cámara legislativa en mayo de este año, aún no ha sido tratado por lo que se financia con subsidios legislativos.
Los talleres son interactivos y didácticos. Una de las lecciones que aprenden es que salir del círculo de las adiciones no es fácil para nadie y que en vez de estigmatizar hay que ayudar sin darse por vencido. "Tengo dos amigos que se drogan. Acá aprendí a no dejarlos solos, hay que escucharlos y aconsejarlos aunque a veces recaigan", cuenta Marcos, de 16 años y explica que desde que comenzó el curso en noviembre comparte lo que está aprendiendo con otros chicos de su barrio, Avellaneda Oeste. "No sé por qué, pero creo que los políticos quieren que estemos así, muchos chicos toman drogas, pero no los ayudan", reflexiona.
Otro de los objetivos de la capacitación es romper con ciertos mitos del imaginario colectivo. Sergio Reible, preventor comunitario de Vínculos, la otra ONG organizadora, aclara: "Descubrimos que la mayoría cree que hay drogas mas sanas que otras, por ejemplo no consideran que la marihuana sea dañina. Por eso, les explicamos que todo tipo de sustancia psicoactiva que se consume de forma adictiva genera un daño en el sistema nervioso central y repercute en todo el cuerpo". A la hora de encontrar una razón al consumo de estupefacientes, los especialistas argumentan que muchos adolescentes buscan soluciones mágicas a problemas complejos como la exclusión o la violencia familiar. En los talleres les enseñan que hay otro camino para resolver el conflicto.
En ese contexto, la ONG Vínculos tiene 20 años de experiencia en prevención comunitaria. Se comprometen con flagelos como adicción, abuso sexual y violencia. Pero su directora, Alicia Riestra asegura que la perspectiva de un futuro mejor entre los adolescentes se hace cada vez más difícil: "Es creciente la desazón entre los jóvenes que ni trabajan ni estudian, no tienen proyectos, no creen que hay algo mejor. Nuestra meta es ayudar a algunos de estos 60 preventores a reescolarizarse y a aprender el concepto de resilencia, la capacidad de los metales de resistir la adversidad sin destruirse. Para eso hay que aferrarse a lo positivo y visualizar oportunidades. Confiamos en que este mensaje pueda multiplicarse en cada uno de los barrios a donde estos chicos lleguen".
Por su parte, Reible confiesa que en su trabajo por distintos asentamientos de Rosario hay realidades que espantan: "En Barrio Ludueña seguimos viendo chicos de siete años que consumen paco porque es más barato que el poxi. A los seis meses están destrozados y sus madres no saben qué hacer. Es desesperante". En estos casos se hace patente la ausencia de lugares que puedan contribuir a su recuperación. "Trabajamos en la prevención porque una vez que son adictos no hay dónde llevarlos para que los puedan contener", lamenta Eva Prado, también de Vínculos.
De todas maneras, la formación de adolescentes preventores de adicciones es inédita en la ciudad y ha sido recibida por los jóvenes con los brazos abiertos. Quieren comprometerse y ahora tienen las herramientas para hacerlo. Durante el verano planifican realizar campañas de difusión en sus propios barrios, aunque para eso necesitarán que el Estado se decida a ayudarlos.
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