CIUDAD › LA GUARDIA URBANA MUNICIPAL COLABORA EN CASOS DE VIOLENCIA FAMILIAR.
La GUM actúa en el marco del Programa Ciudades sin Violencia. Los agentes municipales brindan contención y acercan a las víctimas hasta las dependencias oficiales que muchas mujeres desconocen. Intervinieron en varios casos.
En los últimos meses 19 mujeres víctimas de maltrato familiar fueron socorridas por la Guardia Urbana Municipal (GUM), diez de ellas en el marco del Programa Ciudades sin Violencia que contempla un protocolo consensuado con Unifem. La desnaturalización de la violencia es un trabajado difícil, pero desde hace un mes las víctimas cuentan con una nueva herramienta que es utilizada por 130 agentes en toda la ciudad. "Está siendo una forma efectiva de llegar a la población. Hay mujeres que de otra manera no habrían accedido a la contención que brindan los organismos estatales", explica Silvina Santana, coordinadora del área de la Mujer. Los agentes de la GUM acompañan a la damnificada hasta esa dependencia donde es recibida por una psicóloga y una abogada, luego la trasladan a los Tribunales provinciales para que radique la denuncia. Desde que se puso en marcha el programa, al menos cinco mujeres debieron ser alojadas en el refugio municipal "Alicia Moreau de Justo" junto a sus hijos porque sus vidas estaban en riesgo.
Entre todos los casos conocidos hasta ahora sobresale el de Mariana, una joven oriunda de Arequito que en diciembre llegó a Rosario con el objetivo de que su bebé recibiera atención médica especializada. Se alojó en un hotel céntrico junto a su pareja y a los pocos días una empleada del lugar dio cuentas a la GUM del maltrato que la mujer estaba recibiendo. Como resultado de la intervención Mariana pidió ser alojada en un refugio, donde se recupera física y psíquicamente.
"Lo que está claro es que se trata de un flagelo que existe en todas las clases sociales. Tanto en asentamientos irregulares como en el centro surgen casos. Por lo general es un vecino o un familiar el que nos cuenta el problema y nosotros nos acercamos a la mujer para ofrecerle el servicio", cuenta José Islas, agente de la GUM. La edad tampoco cuenta para quienes padecen: la franja etárea oscila entre 17 y 60 años. Algunos especialistas sostienen que es vital que el Estado tome la iniciativa, ya que en la mayoría de los casos las víctimas esperan años antes de decidirse a abandonar al agresor.
De hecho durante el 2008 41 mujeres y 106 niños pasaron por el refugio municipal Alicia Moreau de Justo. Allí se alojan quienes padecen violencia extrema y ya no pueden regresar a casa. De ese total unas cinco víctimas fueron derivadas por la GUM, es decir recurrieron a esa fuerza de seguridad como primera instancia para salir de la situación de maltrato."Son en su mayoría mujeres jóvenes. Algunas pasaron las fiestas aquí y siguen recuperándose", explica Mercedes Simoncini, directora de la institución. Y afirma que la incorporación de una fuerza pública a la que acudir "es un avance. Poco a poco los uniformados se van ganando la confianza de la gente que se anima a contar lo que le pasa". Por otra parte la GUM ya labró cuatro actas en el marco del programa Noviazgos sin Violencia, que tiene el objetivo de asistir a las adolescentes en la via pública. También una manera de trabajar para frenar el flagelo que comienza en edades cada vez más tempranas.
A la hora de hacer balances las estadísticas apenas reflejan el dolor de quienes están sometidas a una situación de violencia diaria. Lo cierto es que durante todo el 2008 unas 2230 mujeres llamaron al teléfono verde de la municipalidad, para pedir ayuda, unas 900 menos que durante el 2007. "No creemos que haya menos violencia, lo que sucede es que la demanda de asistencia está descentralizada. Algunas víctimas recurren al centro de ayuda creado por el Colegio de Abogados o directamente a la comisaría de la mujer", sostiene Silvina Santana.
Al respecto Mariel Arevalo, responsable de esa comisaría, explica que durante el año pasado los casos de violencia familiar aumentaron un 15% en relación al 2007. Se registraron unos 400 en total. "Hay una tendencia pronunciada, las víctimas son cada vez más jóvenes", se lamenta. En tanto por el colegio de abogados de Rosario han pasado más de 100 mujeres desde junio de 2008, cuando se creó un centro de asistencia gratuita.
Las historias se multiplican con diferentes rostros pero sin duda, todas las herramientas son útiles a la hora de dar los primeros pasos para salir del calvario.
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