La lluvia trajo ayer un poco de alivio al campo pero complicó durante varias horas el normal desenvolvimiento en la ciudad. Hubo calles anegadas en el microcentro y macrocentro; la Municipalidad envió bombas para extraer el agua en los barrios pero se descartó la evacuación de ciertos sectores. "Estas cosas pasan porque no se hicieron las obras de desagües pluviales del radio antiguo, algo que tenía que hacer Aguas Provinciales y que no cumplió", dijo ayer Hugo Orsolini. Para el titular de Hidráulica de la Municipalidad, "sólo se hicieron parches así que cada vez que llueva con intensidad, va a volver a pasar lo mismo". A las 11.30 la temperatura llegó a los 19.2 grados y la humedad al 98%, lo que produjo un respiro a los habitantes tras los picos de calor registrados en los últimos días.

Por su parte, el titular de Defensa Civil y la Guardia Urbana Municipal (GUM), Marcos Escajadillo, describió que las precipitaciones han sido muy "brusca, con lo cual se han originado anegamientos en distintas partes de Rosario". El funcionario condujo un operativo de emergencia que se desarrolló a través de diversas áreas municipales que trabajaron para paliar las consecuencias de la intensa lluvia caída sobre la ciudad.

Escajadillo explicó que los principales problemas se originaron en numerosas bocacalles del micro y macrocentro, que una vez que aplacó la lluvia fueron destapadas. "Se trabajó a través de las áreas de Servicios Urbanos en cada uno de los distritos junto con el personal de Hidráulica de la Central de Operaciones de Emergencias; por otra parte, Control Urbano y la GUM hicieron los relevamientos de las denuncias que se recibieron en Defensa Civil", dijo el funcionario.

En cuanto a los barrios, la situación se vio agravada en las zonas oeste, sur y sudoeste. A esos sectores concurrieron cuadrillas con bombas para desagotar los lugares más críticos. Uno de los barrios más afectados fue La Lagunita, de avenida Provincias Unidas y bulevar Seguí, donde se evaluó incluso la posibilidad de evacuar a los pobladores. Esta posibilidad fue desechada con el correr de las horas y el cese del temporal.

Pero más allá de las dificultades en la ciudad, para el campo si bien la lluvia fue un alivio, en algunas zonas y para algunos cultivos, los daños producidos por la sequía, ya son irreversibles. Es el caso de la cosecha del maíz. Ayer, desde la Federación Agraria Argentina (FAA) aseguraron que en algunas zonas del sur de Santa Fe las pérdidas rondan el 60%. Los cultivos de maíz de la provincia de Santa Fe no podrán ser en su gran mayoría salvados, a pesar de las precipitaciones que cayeron sobre la zona. "Si bien la lluvia trajo alivio en algunos sectores dedicados a pasturas y soja, la situación de los cultivos de maíz es prácticamente irreversible", señaló el delegado gremial, Omar Barchetta. En cuanto a la soja, el panorama parece más alentador, ya que si bien también se registraron pérdidas, éstas no superaron el 10 por ciento.