Dom 23.08.2009
rosario

CIUDAD › ALUMNOS DE LA ESCUELA 409 MUESTRAN SUS TRABAJOS SOBRE JUGUETES SEXISTAS

Adolescentes contra los estereotipos

A partir de la propuesta de taller sobre género de la docente Claudia Mauri, tres terceros años de la escuela media de la zona oeste realizaron afiches, redacciones y hasta videos sobre el impacto de las propuestas lúdicas tradicionales.

› Por Sonia Tessa

La escuela puede ser, además de un espacio de reproducción de los patrones culturales vigentes, un lugar privilegiado para cuestionarlos. Eso es lo que intenta desde hace años Claudia Mauri, docente de Ciencias Naturales y Comunicación, Arte y Diseño de tercer año de la Escuela de Enseñanza Media 409, de la zona oeste de la ciudad. Así, realiza un taller sobre género, en el que este año decidió trabajar sobre los juguetes sexistas. El tema es tan novedoso para las aulas que una docente de otra materia se confundió y temió que se tratara de juguetes sexuales. "La iniciativa surgió de la lista de correos electrónicos Rima (Red Informativa de Mujeres de la Argentina) y yo dije que lo iba a intentar, porque todos los años me interesa hacer nuevas experiencias", indicó la docente, quien invita orgullosa a la muestra que realizará en la escuela (ubicada en Kay 257) el martes próximo, de 10 a 14.30. "En el 'mes de la infancia' realizaremos la muestra de los trabajos realizados por los chicos y chicas de los terceros años. No sólo se verán afiches, sino también folletos, maquetas, esculturas y cortos realizados por ellos y ellas", dice la invitación.

El taller fue revelador. Una de las participantes recordó que cuando era niña le gustaba quedarse en el patio mirando jugar a los chicos, pero la madre le prohibía hacerlo. "Cuando era chica quería sentarme en el pasillo a ver como jugaban los varones, pero mi mamá me hacia entrar diciéndome que quedaba mal que una chica se mostrara así", relató en el taller. Cuando la profesora le preguntó si quería ver o participar del juego, le contestó: "Me hubiera gustado jugar y correr como hacían ellos". La misma chica contó cómo se las habían ingeniado para burlar los estereotipos. "Un vecino mío traía los Power Ranger a mi casa, y yo sacaba las barbies. Nos intercambiábamos los muñecos", indicó.

Claro que la intención del taller no es promover ese intercambio, sino más bien posibilitar la reflexión para encontrar otro tipos de juegos, que no sean sexistas ni bélicos, y apunten a democratizar los roles de género. El comienzo del taller de este año no fue sencillo. Uno de los alumnos le dijo a Claudia Mauri que ella pretendía cambiar el mundo y eso no era posible. "Yo le contesté que me conformaba con cambiar la forma de pensar de una parte del curso", dijo Mauri, que en ese momento sintió frustración. "Al principio me bajoneaba al pensar que los chicos no tenían ilusiones de mejorar el mundo. Si a esa edad no se tienen ideales, cuándo", admitió la docente, quien desafío esas ideas y logró luego de meses de taller que los chicos cuyas edades oscilan entre 15 y 16 años produjeran trabajos muy interesantes.

El grupo integrado por Romina Serón, Leila Suárez, Franco Tremarco y Nicolás López escribieron: "Que algunos muñecos sean para niñas y otros para niños es culpa nuestra. Sería conveniente fomentar el deseo en los menores de romper barreras así como la curiosidad por lo desconocido, lo nuevo, lo no experimentado y comprobar vivencialmente lo atractivas que pueden resultar estas nuevas actitudes". Y también elaboraron consejos para comprar un juguete. "Que pueda desarrollar las múltiples facetas de su personalidad, que entretenga y fomente la relación con las demás personas, que deseche comportamientos sexistas y bélicos, así como que sea divertido y conecte con sus intereses son algunos de los puntos que recomiendan tener en cuenta.

Otro de los alumnos, Leandro Susco, comenzó su redacción con una pregunta: "¿Se darán cuenta de qué manera los padres perjudican a sus hijos al utilizar juguetes ligados a la discriminación?". Y planteó que "actualmente los padres permiten que sus hijos se diviertan sanamente sin tener en cuenta que los incitan a la discriminación. Como veremos, esta responsabilidad llevada a cabo por los adultos llevará a las decisiones en el futuro de sus hijos e hijas, como por ejemplo el hombre trabajador y responsable de los asuntos financieros del hogar y la mujer como ama de casa y responsable de sus hijos. De esta manera también se distancian ambos sexos". Con términos tan sencillos, desarrolla un tema complejo. Y termina con una frase que pone en práctica sus reflexiones. "El metegol puede ser jugado tanto por mujeres como varones y es muy divertido", dice el adolescente.

Mauri se trazó un camino en el trabajo con los tres cursos, y consistía en "demostrar cómo incidían los juegos, la educación en la escuela, los medios de comunicación, las publicidades, para que pensemos de determinada manera y actuemos de así en la adultez", rememoró.

Y lo logró, ya que una de las alumnas, Eliana Sosa, hizo su propia interpretación. "En los juguetes de dramatización (casita, maestra, doctor), los niños y niñas asumen roles que observan de los adultos, lo que viven en sus casas, en la escuela, en la calle y realmente los reproducen", dijo la adolescente, quien dejó en claro que "la idea no es que las niñas jueguen con autos y los niños con muñecas para superar el estereotipo tradicional, sino que se trata de que ellos y ellas usen indistintamente estos juguetes y que el docente o el adulto les hagan ver las distintas posibilidades e interactuar con ellos". Las redacciones son la parte menos lúdica de su producción. El martes, en la escuela, podrán apreciarse sus creaciones gráficas y hasta los videos que realizaron para poner en discusión un tema que, si bien al principio los incomodó, terminó apasionándolos.

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