Más de quince jefes de servicio del Hospital Centenario unieron voces para advertir que el centro de salud "quedó completamente parado con esta gestión ante la falta de inversión". También denunciaron que muchas de sus áreas funciona con menos del 30 por ciento de su capacidad operativa. "No está en condiciones de responder la demanda como consecuencia del deterioro de aparatos de alta complejidad", señalaron. Según indicaron los profesionales, la situación se viene dando hace tiempo, pero la falta de respuestas por parte del gobierno provincial los llevó a hacer ayer este reclamo "para ser escuchados por el gobernador Hermes Binner", con quien hace más de dos meses intentan contactarse, sin éxito. Además, sostienen que en el Bicentenario, "se va a festejar la destrucción, y no la construcción" del Hospital, porque "se está convirtiendo en un dispensario de lujo". El ministro Cappiello refutó las críticas y habló de "años con poca inversión".

El jefe del servicio de Gastroenterología del Hospital, Hugo Tanno, aseguró a Rosario/12 que la situación es igual "en todos los servicios", y en particular en el área que dirige, que no hace muchos años era uno de los mejores servicios del interior del país. "Estamos viendo cómo se quiebra esta institución", alertó el reconocido médico.

Sobre las faltantes más preocupantes, el médico aseguró que "no tenemos materiales básicos que hacen falta en un hospital de alta complejidad, y eso contrasta con que seamos cabeza de nodo de los hospitales públicos de la región. Nos falta resonador, ecógrafo, disposición para cirugía cardiovascular, no tenemos hemodinamia, carecemos de insumos básicos para prácticas de alta complejidad, no tenemos cómo hacer detección de Hepatitis A o B", entre otras necesidades. También hay reclamos en el área donde se forman los futuros profesionales de diferentes especialidades, debido a que parte de la misma está "inutilizable", desde el incendio que la destruyó hace año y medio.

Los reclamos comenzaron en la dirección del hospital, luego pasaron por el ministro de Salud provincial, Miguel Cappiello, pero "obviamente, tiene que ver con el presupuesto de la provincia". Al intentar hablar con el gobernador Hermes Binner, por tratarse de un tema presupuestario, "nunca lo pudimos hacer, y nos asombra, porque no era lo que esperábamos de este gobierno, pensamos que nos iba a dar una mano en materia de salud como no la daba nadie". En ese sentido Tanno fue gráfico al indicar que pasaron por varios estados de ánimo: "De la sorpresa a la paciencia, luego al hastío y finalmente a la bronca".

Aunque no pudo precisar la cifra de inversión necesaria, el gastroenterólogo argumentó que "no es una suma muy grande, pero cambiaría mucho al hospital", tras lo cual lamentó que desde el Estado "se priorizan otras cosas". Además sostuvo que "el ministro -Cappiello- es una gran persona, un tipo excelente en lo humano, y un gran profesional y conciliador, pero no nos puede dar soluciones". Ante ese panorama, el conjunto de los profesionales aventuró el mismo final para el Hospital: "Se convertirá en un dispensario de lujo".

En diálogo con este diario, Cappiello dijo no estar al tanto de las críticas de los jefes de área ya que ayer estuvo todo el día en Buenos Aires en la reunión del Cofesa, pero no ocultó su sorpresa. "He hablado con todos ellos en varias oportunidades, en especial con el doctor Tanno, a quien siempre recibí cuando me pidió una audiencia. Y en privado nunca me transmitió un cuadro tan grave como el que plantea en los medios. al contrario rescató nuestro apoyo".

El ministro de Salud admitió que hay falencias estructurales "en el Hospital Centenario, producto de años sin inversión. Pero nuestra gestión realizó obras en el área de obstetricia, en diálisis renal y estamos tramitando un crédito internacional con la Nación para poder avanzar con las obras de remodelación integral que están planificadas en el marco del concurso que realizó. Pero esto, todos lo saben, no se logra de la noche a la mañana".