Dom 13.12.2009
rosario

CIUDAD › ROSARIO/12 ACCEDIó A LA DECLARACIóN DEL REPRESOR BUENO EN BRASIL.

"Guerrieri es un psicópata"

El represor detenido en Brasil ratificó ante una comitiva judicial rosarina, sus dichos de 1984 ante el CELS. Reconoció y calificó a varios de los más connotados represores de Rosario. Y profundizó los vínculos de Guerrieri "con el narcotráfico".

› Por José Maggi

El represor Gustavo Bueno detenido en Brasil reconoció en general ante la comitiva judicial rosarina, el contenido de su declaración ante el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) realizada en 1984, donde había relatado con claridad el funcionamiento del aparato represivo en la región. Bueno señaló con crudeza el rol que tenía el jefe de inteligencia Oscar Pascual Guerrieri, a quien incluso ligó con el narcotráfico en una operación con Leopoldo Galtieri y el ex dictador boliviano Luis García Meza. Según Bueno, "Guerrieri es un psicópata, que llegó a incendiar un cabaret llamado a Rilke (en Rosario) donde murieron varias personas", y que lo hizo "por un tema de una mujer".

Bueno relató que "desde 1971 al 75 fui oficial de la policía provincial de Santa Fe, cuando fui convocado por el Segundo Cuerpo de Ejército para ejercer funciones de inteligencia en el Destacamento de Inteligencia 121". Inicialmente estuvo destinado a hacer inteligencia por el conflicto en el denominado "Teatro Operacional Sur en el preconflicto entre Argentina y Chile (por el canal de Beagle)". En 1977 hizo un curso de inteligencia que duro veinte semanas, en 78 estuvo siempre en Rosario, desde el 75 estuvo en el grupo de Actividades Especiales de Inteligencia (AEI), grupo integrado por el teniente coronel Oscar Pascual Guerrieri, el mayor Rubén Fariña, por el teniente primero Juan Daniel Amelong. Incluso señala a Eduardo Costanzo, pero aclara que no sabe bien qué hacía y que no era militar. También integraban ese grupo "Walter Salvador Pagano, los hermanos Agustín y Carlos Isach, Walter Roscoe y Carlos Sfulcini, estos dos últimos estudiantes de Derecho en ese momento, y un tal Armando de quien desconoce su nombre real". También apuntó a un tal Leto, que era de profesión barman. Que el grupo tenía otros integrantes, que desconocía.

En un principio, dice Bueno, Oscar Guerrieri, anunció en una reunión al grupo AEI que el objetivo del mismo era combatir a Montoneros, pero que comenzó a tener conflictos con el grupo porque tenían "desvíos de conducta, en especial Guerrieri". Entre ellas que estaba involucrado con oficial del ejército boliviano ligados al narcotráfico.

En sede policial Bueno declaró que "Guerrieri era un bandido, estaba ligado al tráfico de la cocaína, con los militares bolivianos (Luis) Arce Gómez y (Luis) García Meza, quienes tuvieron relaciones con (el general Leopoldo) Galtieri: quien les abría las fronteras para el libre tráfico de la cocaína por el norte, a cambio de enviar dinero". "Ese efectivo según Bueno fue usado por Galtieri para ser presidente de facto, sacando al general Viola del gobierno, internándolo en un hospital advirtiéndole que si se retiraba del allí era hombre muerto a cambio de lo cual los cocaleros tenían abiertas las fronteras del país". Según el ex agente de inteligencia también "el general panameño Manuel Noriega" estuvo involucrado en operaciones similares.

Bueno aseguró que básicamente realizaba "operaciones de contrainteligencia, y que se mantuvo en el AEI hasta noviembre de 1979, cuando se fue de la Argentina porque el coronel Guerrieri, quería matarlo, por lo cual se fue a vivir a Brasil.

Bueno aclaró "que no participaba de las operaciones del grupo de Guerierri, pero que sabe por los comentarios que comandaba un lugar donde se detenían personas en la localidad de Funes, a la que llamo la "Casa de Funes", y otra que llamó la Quinta, que terminó siendo La Calamita, a la que definió como "una especie de chacra donde funcionaba un centro de detención.

De igual modo aseguró que nunca torturó a ninguna persona, ni vio que lo hicieran, porque Guerrieri no permitía que esos datos se conocieran.

Reconoce que estuvo en La Calamita, donde había detenidos, pero que nunca vio celdas en el lugar. Entre otros miembros de la patota estaban allí Agustín y Carlos Isach, Costanzo, Sergio 1, Sergio 2, el Puma, el Barba, aunque dijo desconocer a todas las victimas sobre las que se lo interrogó.

Bueno también reveló una situación increíble : todo sucedió "frente al Destacamento de Inteligencia 121, ubicado entonces en bulevard Oroño 853, cuando un soldado fue a abrir la puerta de un camión estacionado, ante lo cual uno de los hermanos Isach, le advirtió que el camión estaba cargado, y que no podía ser abierto. Algunos días después por comentarios supo que el camión estaba lleno de cadáveres aunque nunca se enteró donde fueron llevados esos cadáveres".

Bueno aseguró que su tarea era "recoger información, y dar su parecer sobre la misma, como ser los vicios que tenían los investigados, los locales que frecuentaba, sin hacer análisis de la actividad política, tarea que hacía otro sector. En su tarea Bueno era acompañado por otras cuatro personas.

"El Barba (Cabrera) era el que centralizaba información sobre operaciones políticas, quien tenía acceso directo al despacho de Guerrieri y Fariña. Este último era un misterio porque tenían una oficina en Oroño al 800 pero pasaba mucho tiempo afuera".

Bueno aseguró que a La Calamita "se llegaba por dos vías de acceso: la autopista a Santa Fe y el boulevard Rondeau".

Ante una consulta Bueno recordó que " había una persona que fumaba en pipa, que era un hombre gordo, con bigote fino, blanco de estatura mediana, de plexo robusto que era el coronel Bruni, que era de la SIDE, y estaba ligado a Guerrieri, Fariña, y a Pagano".

También apuntó a "Raúl Campilongo, que era informante del Destacamento 121, con contactos directos con Fariña, que era un abogado que estaba envuelto en la desaparición de documentación del Poder Judicial de Rosario ( el robo a tribunales) y que era muy amigo de Walter Pagano".

Bueno dijo que sabe que "Pagano mató al hijo de Enrique Imhoff, y al abogado Felipe Rodríguez Araya". También reconoció a "Jorge Walter Pérez Blanco, W un delirante ligado a la CIA (la agencia de inteligencia estadounidense)", y a una mujer Anita que es "Ana Rosa Cristheler, que comandaba el grupo de inteligencia femenino". De Carlos Sfulcini prefirió guardar silencio.

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