"Desde noviembre a la fecha ya se ha auditado tres veces a cada institución", explicó a Rosario/12 el delegado local del Ministerio de Desarrollo de la provincia, Julián Galdeano, refiriéndose a las 380 comedores comunitarios que brindan asistencia alimentaria en Rosario. Tras las denuncias sobre la existencia de irregularidades, 120 han dejado de prestar servicio. Algunos fueron cerrados por mal funcionamiento y otros al verse en el ojo de la tormenta prefirieron ser dados de baja. "Las denuncias permitieron una depuración y un cambio", evaluó el funcionario. Por otra parte, auguró un 2010 con iguales índices de pobreza pero mayor contención social como consecuencia de los programas nacionales.

Durante este mes otra vez los comedores estuvieron en el tapete. Hubo atrasos en el pago a las instituciones y como consecuencia se sucedieron numerosos reclamos. En ese marco Galdeano confirmó que a mediados de enero estarán depositados en la tarjeta institucional los fondos correspondientes a este mes. "Hubo una semana que no tuvimos posibilidad de actuar por cuestiones administrativas en el Ministerio. Se demoró diciembre pero enero está garantizado", afirmó. Y explicó que "a partir del 20 de enero los encargados de los comedores deben llevar la rendición del mes anterior".

Pese a estas demoras, el funcionario está convencido de que la tarjeta posnet que entregaron a cada comedor en el mes de noviembre "funciona diez puntos". "En la primera rendición hicimos una encuesta de los productos que querían modificar y los fuimos reemplazando, con lo cual muchos referentes nos llamaron para agradecernos. Se trata de una metodología que sirve para optimizar recursos", evaluó.

Este sistema comenzó a idearse luego de que el estado provincial comprobara la existencia de 55 comedores truchos. Desde entonces son 120 en total los que han cerrado sus puertas y en cambio unos 22 fueron instalándose en distintos barrios de la ciudad. La mayoría, a cargo de organizaciones sociales y barriales, realizan trabajos comunitarios. "Después de las denuncias cambió todo. Se puso bajo la lupa una realidad que estaba bajo la alfombra y hubo dos reacciones, algunas instituciones prefirieron ser dadas de baja y otras que habían sido denunciadas por los vecinos se pusieron las pilas", detalló Galdeano.

Para fiscalizar a los comedores señalados por mal desempeño y a la vez optimizar el funcionamiento de aquellos que sí brindan ayuda, un equipo de 36 estudiantes de medicina con conocimiento en nutrición realizó auditorías en toda la ciudad durante los pasados 45 días. "Ya auditaron tres veces a cada institución y los resultados a priori, son mejores de lo que esperábamos pero hay que procesarlos", explicaron desde el Ministerio de Desarrollo local.

A su vez, anunciaron que se está coordinando la asistencia por barrio. "Por ejemplo, en el barrio Toba de zona oeste hay 19 comedores pero algunos funcionan sólo una vez por semana y el mismo día. Ahora estamos logrando que los vecinos reciban alimentos todos los días de la semana, y monitoreamos que se cumpla con el cronograma fijado", explicó Galdeano. La experiencia se replicará en otros lugares de la periferia rosarina.

En un año en el que el crecimiento de la pobreza dejó expuesta la desidia de quienes lucran con el hambre, pudo comenzar a vislumbrarse una reforma del sistema alimentario en Santa Fe. Sin embargo, las expectativas para el 2010 son ambiguas: "No podemos decir que habrá menos pobreza, pero sí tendremos más herramientas para dar contención. La asignación universal por hijo ha servido para disminuir la conflictividad que suele darse en esta época. Y a partir del año entrante estará en marcha el programa Joven, que consiste en becas para capacitar a chicos de entre 18 y 24 años que no hayan terminado el secundario. También se pondrá en funcionamiento el programa Argentina Trabaja para las cooperativas. Ambos ya han sido lanzados por el gobierno nacional, de manera que tendremos mayor capacidad de asistir", resumió.