A una semana del terremoto, se constituyó ayer en Rosario el programa solidario "Todos por Haití", que se encargará de "atender las necesidades de los ciudadanos haitianos en la ciudad y brindarles contención humanitaria para cuidar la salud de los más de 60 jóvenes" que estudian y trabajan en la región, según explicó el decano de la Facultad de Medicina de la UNR, Carlos Crisci. El comité integrado por el Ministerio de Salud provincial, la Secretaría de Salud Pública municipal y la casa de altos estudios generará acciones y estrategias concretas, y en ese marco se reciben donaciones y posibilidades de trabajo y alojamiento para los chicos que estudian Medicina, y otro tipo de ayuda para sus familiares, quienes resultaron víctimas del sismo. El programa solidario definió las acciones a desarrollar para apoyar a los estudiantes, quienes desde ayer se están comunicando con sus familiares en el pueblo haitiano, que fue duramente castigado. Rachel Rosambert, de 26 años, representante de los estudiantes haitianos de la UNR, se lamentó: "Tres estudiantes ya recibieron malas noticias, porque perdieron a algún miembro de su familia".

El hall de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR es el centro de recepción de cualquier tipo de ayuda para los más de 60 jóvenes estudiantes y para sus familiares, ya que ellos mismos se encargan de recibir las donaciones, de lunes a viernes, de 8 a 16. Allí está Rachel, quien hace casi cinco años estudia en Rosario, y mientras comenta la situación de su familia en Haití baja la mirada y habla de su mamá: "Estoy orgullosa de mi madre, que es enfermera y farmacéutica, y aunque perdió todo su negocio no dejó de ayudar a la gente en la calle tras los terremotos en el pueblo de Carrefour -10 millas al sur de la capital Puerto Príncipe, principal epicentro del fenómeno-. Ella me dice que no llore y que me quede tranquila, que haga lo posible desde aquí para estar bien, porque eso la ayudará; aunque en realidad soy yo la que tendría que darle fuerzas a ella, pero me demuestra que es muy fuerte".

Entre las acciones que lleva adelante la nueva comisión para este programa de solidaridad, Crisci explicó que los jóvenes comenzaron a comunicarse con sus familiares, y "a quienes les informaron de la pérdida, se los está apoyando más fuertemente en lo psicológico con el equipo de profesionales que se formó". También se confeccionó un listado de voluntarios, en el que ya son 120 los inscriptos dispuestos a participar de una misión humanitaria en Haití. Se trata de "profesionales de la salud, gente específicamente entrenada, no sólo de Rosario, sino que también hay gente de otras provincias como Córdoba. Desde aquí están dispuestos a ayudar profesionales del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, y hasta cirujanos de primer nivel".

En cuanto a la situación actual de los ciudadanos haitianos en Rosario, el decano comentó que "muchos de ellos vivían aquí con el dinero que les enviaban sus padres, pero ahora dejarán de recibirlo". Por eso también se abrirá una cuenta en el Banco Municipal, donde se recibirán los aportes de los rosarinos dispuestos a ayudar. En ese sentido, Rachel comentó que sus compañeros "viven en pensiones, departamentos compartidos o donde pueden"; por eso, invitó a que "cada quien ayude con lo que pueda; porque se necesita agua, alimentos, medicamentos, ropa liviana, y todo lo que la gente y las empresas crean que pueden aportar", tanto para las víctimas del terremoto, como para los jóvenes que residen en Rosario.

Por otro lado, dentro del programa, la UNR priorizará la entrega de becas que otorga a partir de marzo, para los estudiantes haitianos. Además, se está organizando un recital solidario para reunir fondos que permitan otras acciones.

Mientras agradecía a las autoridades de la facultad, Rachel se mostró fuerte para no olvidarse de ningún detalle. "Con volver a Haití no lograría nada, porque mi pueblo necesita que yo lo ayude desde aquí", aseguró y reafirmó que ésa es su misión. "Por eso estaremos en la Facultad de Medicina recibiendo todas las donaciones que deseen acercar, para ayudar a nuestro país". Si bien se manifestó "aliviada en el corazón" tras enterarse que tanto su madre como su hermano "están bien", sostuvo: "No puedo festejar, porque he perdido amigas y amigos, y acá también están mis compañeros que perdieron familiares, y me necesitan". La joven haitiana que, además de estudiar, trabaja en la Facultad, ofreció su número de teléfono y pidió que la gente que pueda darle trabajo a sus compañeros haitianos, se comunique al 153 776 651.

Sobre el final del diálogo planteó: "Tengo un dolor muy grande por todo lo que le pasa a mi pueblo, y le pido a todo mi país que sea fuerte y tenga paz, porque como dice mi bandera: La unión hace la fuerza".