Mié 31.03.2010
rosario

CIUDAD › EL GRUPO UNO CESANTEó A 26 TRABAJADORES DE SUS RADIOS LT8 Y LT3

Despidos, conflicto y conciliación

Tras una jornada de protestas frente a las emisoras, que sólo emitieron música, y una marcha al diario La Capital, medio más emblemático del multimedio, a la tarde se dictó la conciliación obligatoria que congela la situación por 15 días hábiles.

› Por Edgardo Pérez Castillo

Luego de una audiencia que se prolongó por casi cuatro horas en la sede del Ministerio de Trabajo de la provincia y que concluyó con el dictado de una conciliación obligatoria, el Sindicato de Prensa de Rosario determinó el levantamiento del paro que, en la jornada de ayer, silenció la programación de LT3 y LT8, y demoró el ingreso de los empleados del diario La Capital (empresas pertenecientes al Grupo Uno que encabezan Daniel Vila y José Luis Manzano). Las medidas de fuerza fueron tomadas luego de que ayer se notificara el despido de 26 trabajadores de las citadas emisoras. Partícipe del cónclave en la sede de Trabajo, y ya frente a la numerosa movilización que aguardaba el resultado frente al edificio de Sarmiento al 700, Edgardo Carmona, secretario general del gremio de Prensa, fue quien anunció: "Hemos ganado esta etapa, se ha dictado la conciliación obligatoria. Queremos reconocer la decisión y la firmeza del Ministerio de Trabajo, que no dudó en dictar la conciliación después de este día memorable de lucha de los compañeros en la calle".

Una decena de despidos en LT3, y otros 16 en LT8 (entre empleados en blanco y algunos en situación laboral precaria) fueron los que dispararon una movilización que culminó con el anuncio de una conciliación que retrotrae la situación hasta el día anterior al envío de los telegramas de despido, y que se extenderá durante quince días hábiles en los que las partes entrarán en negociación con la mediación del Ministerio, que tomó una decisión clave al no aceptar el pedido de cuarto intermedio propuesto por el abogado representante de Grupo Uno.

La mañana había comenzado con conflicto y angustia. Es cierto: no hubo silencio de radio. Pero tampoco estuvieron allí las voces habituales, reemplazadas por tandas comerciales y música popular. Reunidos desde primera hora en la puerta de cada emisora, los trabajadores iniciaron un paro que modificó la grilla de dos de las radios más importantes de la ciudad. Y fue la ausencia de nombres la que, desde los primeros minutos del martes, evidenció la medida de fuerza en reclamo por la restitución de los 26 empleados notificados de sus despidos de LT3 y LT8, empresas que forman parte del conglomerado de medios que comandan Daniel Vila y José Luis Manzano, y que en Rosario tiene como principal bandera al diario La Capital.

Fue precisamente frente al edificio del decano de la prensa argentina donde, sobre las 15 de ayer, culminó la marcha que, con el Sindicato de Prensa a la cabeza, reunió a trabajadores de diversos gremios, organizaciones sociales y políticas, que tomaron calle Sarmiento al 700 aguardando la culminación de la audiencia que desde las 16 se desarrolló en el Ministerio de Trabajo entre representantes del gremio de prensa y de la empresa.

La amenaza de despido a una treintena de empleados de La Capital fue también un buen disparador para que, en las puertas del diario, los trabajadores recibieran a la columna que marchó por peatonal Córdoba, iniciando así el paro activo con el que aguardarían el resultado de dicha audiencia, tal como anunciaba a este medio Edgardo Carmona, secretario general del Sindicato de Prensa Rosario, minutos antes de dar inicio al acto central de la tarde: "Esperamos que la empresa aproveche y encuentre un canal para revertir esta situación, sino estamos dispuestos a seguir peleando. La medida de fuerza se va a sostener en La Capital y en las dos radios hasta tanto esto sea revertido".

Ya frente a las casi trescientas personas que, pasadas las 16, participaban de la movilización, Carmona disparó: "Esta lucha es ideológica y es absolutamente personal esta confrontación, estamos en las antípodas de esta derecha fascista y totalitaria. No creemos en estas construcciones políticas corruptas, impunes y mafiosas. No vamos a permitir que un solo compañero, trabajador de los medios de la comunicación, sufra sólo cinco minutos de angustia, él o su familia, apretado y amenazado por telegramas de despido a los cuales se les pone precio inéditamente. El trabajo no tiene indemnización, no tiene costo: es de por vida. Nosotros queremos que los trabajadores de LT3 y LT8, que la han sostenido mientras estos tipos la vaciaban y destruían, tengan derecho al trabajo pleno y permanente sin ningún tipo de abuso, despido, sin ningún tipo de persecución".

Hasta ese momento, desde la empresa sólo habían emitido algunas demostraciones claras de que la decisión estaba tomada: muchos de los que participaban del acto habían comprobado que, en las cuentas bancarias, ya se habían acreditado algunas indemnizaciones. Mientras tanto, y de cara a un edificio cuyas paredes se mostraban totalmente intervenidas por las denuncias y escraches estampados en aerosol, Carmona enunciaba: "Es clave la pelea por la información. Es revolucionario pelear por una información democrática. Esta lucha no es solamente por la reincorporación de los trabajadores, queremos sentar un nuevo mojón en la pelea para democratizar la información, hacerla horizontal, plural, que se respete la posibilidad de los trabajadores de la comunicación a decir lo que piensan. Estuvo tantos años silenciado este debate que saludamos con felicidad la posibilidad de dar el debate en los grandes medios sobre qué comunicación queremos".

Horas más tarde, la confirmación del dictado de conciliación obligatoria sería anunciado a la asamblea como un primer triunfo dentro de una negociación que recién comienza.

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