Martes, 13 de julio de 2010 | Hoy
CIUDAD › APORTES DE MIGUEL ANGEL SáNCHEZ, DE LA FUNDACIóN TRIáNGULO DE ESPAñA
El activista español llegó a Rosario para apoyar la lucha del movimiento lgtb por sus derechos civiles. Aquí relató lo ocurrido en su país en 2005, cuando se aprobó la ley de matrimonio igualitario pese a la resistencia católica.
Por Lorena Panzerini
"Los movimientos ultraconservadores están saliendo con todo tipo de mentiras para sembrar miedo y asustar a la gente. Son reaccionarios", manifestó Miguel Angel Sánchez, presidente de la Fundación Triángulo de España, que estuvo en Rosario para apuntalar a las organizaciones LGTBI en su pelea por el matrimonio igualitario. Las declaraciones del activista español LGBT sobre la situación local ante el inminente debate en el Senado de la Nación se produjo luego de tres días en la ciudad. Desde ayer, está en Buenos Aires, donde participará de las convocatorias públicas a favor del proyecto. Su mensaje para los senadores nacionales es que "deben saber que están en un momento histórico. Aquel que vote en contra, será recordado en la historia como el que le dijo no a los derechos de voto para la mujer o a la ley del divorcio; mientras que aquellos que defendieron esos derechos, estarán en la corriente de la historia. Para eso existe la política, para conseguir que los derechos de los ciudadanos avancen", instó.
España se convirtió en 2005 en el tercer país que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, detrás de Dinamarca y Noruega. Este miércoles, Argentina tendrá la oportunidad de convertirse en el primero en Sudamérica y ponerse a tono con estos y otros países que avanzaron en derechos igualitarios. Sánchez pasó por Rosario para despojar mitos y apoyar a los movimientos de la sociedad civil, antes de participar de la movilización en Buenos Aires.
En Argentina, y de manera muy marcada en Rosario, la Iglesia motorizó la reacción frente a los posibles avances legislativos, como pasó en su momento en España. Una de las estrategias de la jerarquía eclesiástica es advertir sobre la destrucción de "la" familia. Además, el Opus Dei, que en 2005 diseñó las acciones en España contra la aprobación de la ley, mandó un alto representante a la Argentina para asesorar a la iglesia argentina.
-¿Qué lectura hace de las manifestaciones que se vienen haciendo desde la Iglesia?
-Están acusando con que se rompe la familia y se rompe la sociedad; pero, en todos los países donde esta ley se ha aprobado, la familia sigue perfectamente; el matrimonio sigue perfectamente, y la sociedad también lo hace. No hay ningún peligro, no debe tenerse miedo. Ellos deberían demostrar por qué dicen tantas barbaridades. En España, se han casado más de 20 mil parejas, y 40 mil personas armaron su familia. En este caso la sociedad lo está viendo estupendamente, porque quienes van a las bodas son nuestros padres, madres, hermanos, amigos, y ellos hacen a la sociedad. El que advierte estas cosas, debe decir por qué lo hace y demostrar lo que dice.
- ¿Cómo ve la posibilidad de mejorar la sociedad argentina a través de la sanción de esta ley?
- Es un paso adelante. Hace a la felicidad de una parte importante de los ciudadanos, y eso es lo bonito de la política: dedicarse a mejorar la vida de los ciudadanos. En España esta ley lo consiguió. La sociedad española es totalmente tranquila y normal. Lo mismo podría suceder en Argentina.
- Qué piensa cuando la jerarquía católica apunta a "defender" los derechos de los niños a tener un padre y una madre?
- Lo primero es que hay decenas de estudios en todo el mundo que demuestran que para los niños, el tener dos papás o dos mamás no expone ningún problema; y que lo importante en la familia es criar con amor, cariño, confianza, y eso es lo positivo. Ellos dicen: "Los niños tienen derecho a un papá y una mamá"; pero yo digo que los niños tienen derecho a tener una familia que les quiera. Apuntan a defender a los niños, pero prefieren ver a uno de ellos abandonado en un basurero antes que los tenga una pareja gay, que los quiera. En cuanto a la adopción -continuó Sánchez-, todos sabemos las dificultades y las complicaciones que hay que atravesar, y pasa tanto en parejas heterosexuales, como en las del mismo sexo. La pareja que alcance eso, tiene toda la idoneidad que pretenden los especialistas para cuidar a los niños. No les permitimos que digan que es ése es el derecho que hay que respetar, porque ésa es su doctrina.
Para Sánchez, "las jerarquías católica y evangélicas se opusieron con la misma virulencia al divorcio. Usaron los mismo argumentos: que se rompía la familia, que afectaría al Estado. Las mismas burradas ya se han dicho en otras batallas", recordó el activista.
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