CIUDAD › AYER SE CONCRETó EL PRIMER CASAMIENTO ENTRE MUJERES
Después de 14 años de vida en pareja, con una casa construida en conjunto, y una militancia lésbica que fue también el inicio del amor, Ana y Nélida obtuvieron ayer el reconocimiento del Estado.
› Por Sonia Tessa
Ana Romero y Nélida Ruíz Díaz salieron de la bella salita del Registro Civil en el Distrito Sudoeste convertidas en un matrimonio, el primero entre mujeres de Rosario. No había música, pero sí amigos, amigas, compañeras y compañeros de trabajo y de militancia dispuestos a tararear la marcha nupcial para acompañar su paso. Enseguida llegó el momento de las fotos. "Oh, oh, paro y movilización", cantaron los integrantes del área Salud del gremio ATE, que habían llegado a acompañar a una "compañera de fierro, una diosa", como definen a Ana. Por allí andaba María Eugenia Caggiano, abogada del sindicato, reclamando que cantaran algo más romántico. "Cuando pensás en esto, vos sentís que te señalan, pero no, yo soy una persona común, que hace una vida común, acá están muchos compañeros míos de trabajo para decirlo", dijo Nélida frente a las cámaras de la televisión. Los periodistas les preguntaron si lo suyo había sido amor a primera vista. "No, ella no me dio bolilla enseguida", contestó Ana, sonriendo con picardía. Después de 14 años de vida en pareja, con una casa construida en conjunto, y una militancia lésbica que fue también el inicio del amor, Ana y Nélida obtuvieron ayer el reconocimiento del Estado. Posaron para los fotógrafos con la libreta y la bandera del arco iris, el mismo que le dio nombre al Colectivo en el que se conocieron, activando. La mayoría de los asistentes fueron mujeres, conmovidas porque lo de ayer era un sueño imposible hasta hace poco tiempo.
"El corazón me hace tum, tum", dijo, gráfica, la directora del Area de la Diversidad Sexual de la Municipalidad, Noelia Casati, que lagrimeó durante toda la ceremonia. "No sólo es la cuestión política, histórica, del primer matrimonio de mujeres. También se casan Nélida y Ana, dos compañeras de toda la vida", puso lo suyo Irene Ocampo, co coordinadora de la Red Informativa de Mujeres de la Argentina (Rima). "No creí que iba a ver esto tan pronto en mi recorrido vital", agregó Gabriela de Cicco, otra de las responsables de la lista de correos electrónicos que difunde informaciones de mujeres.
También llegó el director de VOX Asociación Civil, Guillermo Lovagnini, quien destacó el carácter de clase de la ceremonia de ayer. "Son dos mujeres trabajadoras", dijo el histórico activista. Sentado junto a las contrayentes para la foto, debió reconocer que no siempre había tenido relaciones apacibles con las lesbianas. Por su parte, María Eugenia Sarrías, del grupo lésbico Las Safinas, también lagrimeó, mientras subrayaba el toque distintivo de la primera boda lésbica. Por su parte, el dirigente de ATE Gustavo Martínez contó su admiración por Ana. "Ella siempre puso de manifiesto su condición de lesbiana. Llegaba a las reuniones y traía folletos de Las Safinas (grupo lésbico del que Ana participa), esa situación fue natural en las reuniones", dijo Martínez. Sus compañeras, Lidia y María Elena recordaban que Ana siempre dice primero que es lesbiana, luego su nombre, y por último su pertenencia gremial. "Hemos estado en tantas luchas juntas", afirma Lidia. Ana es enfermera del hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, y desde allí llevó adelante no sólo su activismo gremial sino también el lésbico, en una sinergia que la llevó a batallar durante años para pedir que las licencias por enfermedad de un familiar en la administración provincial incluyeran a las parejas del mismo sexo. "Eso se trató en la paritaria, y salió de la cabeza de Ana", recordaba ayer Lidia.
Nélida también es enfermera, trabaja en el hospital Carrasco. Muchos compañeros de trabajo concurrieron ayer a verla concretar su sueño. Con Ana viven muy cerca del distrito de avenida Francia y Acevedo. El edificio diseñado por César Pelli tiene una sala circular en el centro, rodeada de un patio donde calentaba el sol, ayer al mediodía. En el centro del círculo está la sala donde se realizó el casamiento. El paisaje habitual del distrito se vio modificado por las cámaras de televisión que llegaron a documentar el acontecimiento: la primera boda de mujeres de la ciudad. No todos estaban anoticiados. "¿Son dos mujeres?", preguntó curioso un adolescente que se coló entre los que tiraban arroz a la salida.
Nélida llevaba su pelo corto peinado con gel, varios aros en la oreja derecha y uno pequeño en la nariz. Tenía un sobretodo gris, una chalina del mismo color, camisa blanca, pullover negro y un prendedor plateado con un detalle en verde. En cambio, Ana llevaba su sombrero blanco, con una pashmina color crudo, y un prendedor con un hipocampo. Nélida tiene 46 años y Ana, 49, aunque por estos días aparenta algunos más por el efecto de la quimioterapia que afronta por un cáncer de pulmón diagnosticado en marzo pasado. También le cuesta caminar. Por eso, ella sentía especialmente la urgencia de la aprobación de la ley que finalmente fue sancionada el 15 de julio pasado.
El jefe de la sección segunda del Registro Civil, que funciona en el Distrito Sudoeste, Leandro Banchini, fue el encargado de conducir la ceremonia. El lunes había llegado un hombre hasta el distrito para preguntar cuándo era la boda y amenazar con una manifestación en contra, pero nada pasó. Todo fue apacible. El de Ana y Nélida es el segundo matrimonio entre personas del mismo sexo que se realiza en Rosario, el primero fue el sábado pasado, en el Patio de la Madera, entre Martín Peretti Scioli y Oscar Marvich. Allí hubo una fiesta para 200 personas. Ayer, en cambio, las esposas partieron desde su barrio hacia un bar de calle Pellegrini para brindar con una veintena de amigos, amigas, compañeros y compañeras de militancia y familiares.
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