CIUDAD › LOS PADRES ABANDONARON A UN NENE DE 11 AñOS EN UNA PLAZA
Juan fue dejado en la plaza de Corazzi al 1100 bis, y pasó la noche en una comisaría. No quiere volver a su casa. Desde la Dirección de la Niñez apuntan que cada semana se producen entre cinco y seis casos de abandono de chicos.
› Por Lorena Panzerini
"Yo los perseguía, pero ellos me dejaron en la plaza". Así relató Juan Jonathan Ezequiel, de 11 años, el último contacto que tuvo con sus padres. El chico, de ojos marrones y tristes, asegura que sus progenitores lo llevaron en taxi hasta la plaza de Corazzi al 1100 bis, al norte de la ciudad, y lo abandonaron en el lugar, a la una de la madrugada de ayer. Dice que tiene cuatro hermanos, pero no puede precisar el nombre de su papá y su mamá, dónde viven, ni a qué escuela asiste. Pasó la noche en la subcomisaría 24º, después de que unos vecinos de la zona alertaran a la policía. La directora de Niñez, Adolescencia y Familia, Mónica Varetto -que ayer intervino en el caso- indicó a Rosario/12 que "hay padres que no quieren saber nada de sus hijos", y que "se dan entre cinco y seis casos por semana, en la región". Desde el mediodía de ayer, Juan está en un hogar de alojamiento del organismo, donde está siendo asistido por un equipo interdisciplinario. "No quiere volver a su casa", comentó Varetto. Personal policial, de Derechos Humanos provincial y la dirección de la Niñez buscan a los padres.
La funcionaria indicó que el organismo provincial trabaja actualmente con 593 casos de niños y adolescentes del sur santafesino, que permanecen dentro de los hogares de alojamiento. "Son casos variados, aunque la mayoría está relacionado con la violencia. Se intenta primero contactar a los padres, y si este paso se imposibilita, se busca a miembros de la familia ampliada (tíos, abuelos o demás adultos cercanos). Algunos, directamente no tienen ningún contacto familiar", aseguró. Para la funcionaria, la situación es "sumamente preocupante".
Juan habla poco, y sólo contestó con monosílabos a las preguntas del comisario. Tenía los ojos húmedos, aunque no lloró cuando contó lo que le pasó: "Me dejaron en la plaza y se fueron en un taxi". Por su parte, Varetto consideró que "hay que darle tiempo y no presionarlo".
En la subcomisaría 24º lo asistieron con abrigo y alimentos, luego que los vecinos de Almafuerte y Avenida de la Travesía dieran aviso sobre el chico que dormía en la vereda, a la una de la madrugada de ayer. En seguida, personal del Comando Radioeléctrico lo llevó a la seccional, desde donde se dio intervención a la Dirección Provincial de la Niñez. "Sucede que no podemos actuar hasta que lo vea el médico policial, y eso recién se pudo hacer en la mañana" de ayer, dijo la funcionaria, quien agregó que "inmediatamente después, fue trasladado al hogar, donde hay otros chicos".
La profesional señaló, después de hablar con el niño, que sus padres estarían en plena mudanza de una vivienda a otra, cuando lo abandonaron. Si bien Juan no recuerda la dirección de su casa, le indicó a personal policial que vive "cerca de la seccional 18º", pero al llegar a la zona "no encontró su casa". Tras ese intento de contactar a la familia, el niño fue derivado al hogar, donde permanecerá hasta que logren contactar y conversar con sus padres sobre las relaciones intrafamiliares.
"Detrás de los niños que pasan por estas situaciones difíciles hay padres que pueden no estar haciéndose cargo, entonces, los casos implican un trabajo importante de fortalecimiento de los lazos familiares, que obviamente están desgarrados", indicó Varetto, quien además recordó que cuando los ciudadanos dan cuenta de casos de chicos que quedan en la calle pueden ir "a efectores, escuelas o centros de salud, donde se comienza un trabajo conjunto con la dirección".
La funcionaria indicó que si los padres de Juan aparecieran en las próximas horas, "se hablará con ellos para saber cómo es la situación familiar, porque según contó en chico hay otros niños en la familia y también habrá que resguardarlos".
Juan expresó que "no quiere volver" a su casa, aunque hasta ayer no se pudo saber si recibe algún tipo de maltrato por parte de integrantes de su familia. "Obviamente, está muy conmovido por la situación y hay que trabajar en eso: acompañarlo, protegerlo, dejarlo descansar en el sentido psíquico. Pero por supuesto que lo que el niño cuente influirá para la ley", dijo Varetto. Hasta ayer, Juan era asistido por personal de salud mental del Ministerio de Salud, y con un "equipo de trabajo terapéutico específico interdisciplinario: psicólogos, trabajadores sociales y abogados". Aunque el primero en intervenir fue el psicólogo, quien "tiene las herramientas para abordar la problemática".
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