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La fiscal Viviana Cingolani realizó ayer una recorrida por los corralones municipales en el marco de las denuncias por el robo de vehículos y autopartes. Si bien sostuvo que constató "irregularidades" en la inspección ocular, no quiso brindar más precisiones ya que debe esperar las directivas del Procurador que el lunes recibirá el informe elaborado por la fiscal, y luego decidirá los pasos a seguir en las investigaciones. En diálogo con Rosario/12, Cingolani consideró que el tema de las sustracciones "es muy complejo", y destacó que es "fundamental ver qué estado de vulnerabilidad tienen los predios y en qué estado están los libros". A partir de las denuncias, un inspector de guarda del corralón de Ocampo y Moreno fue detenido, sospechado de haber facilitado la sustracción de una moto. En este sentido, la fiscal consideró que "hay que investigar y ver hasta dónde llega".

Cingolani recorrió ayer el corralón municipal ubicado en Moreno y Ocampo, y el de Presidente Perón al 8000 para realizar una inspección ocular del lugar y ver los libros de guardia, tras la seguidilla de denuncias por sustracción de vehículos y autopartes en los predios que derivaron en la renuncia del por entonces titular de la Dirección General de Tránsito, Mauricio Malano.

La fiscal fue recibida por el actual director de la repartición, Henry Fabbro, quien la acompañó durante la inspección. "Venimos a hacer el operativo de observar el predio y ver los libros que llevan", señaló la fiscal, para luego explicar que además de su investigación, la sección Asuntos Internos de la Unidad Regional II de la policía realiza otra paralela para conocer si hubo o no personal afectado en el predio.

"Este es un tema complejo", analizó la titular de la oficina de causas con imputados no individualizados (NN). En la oficina llevan varios expedientes por robos en los corralones: 5 motos, un auto, una persona que denunció el robo de 18 mil pesos que tenía en su auto, y el chofer de un viejo camión que transportaba materiales de construcción, específicamente ladrillos de demolición, y que dijo que le faltaba más de la mitad de la carga.

En relación a los argumentos que esgrimieron desde la secretaría de Gobierno municipal, referidos a la complejidad de implementar medidas de seguridad y prevención en el Playón Oeste debido a sus características, Cingolani dijo "coincidir" en que es un predio de importantes dimensiones y que tiene un punto débil: un sector del corralón con mucha maleza, que cuando la fiscal llegó ayer para realizar la inspección, casualmente lo estaban desmalezando.

"Pero el resto del predio está bastante bien preservado, tiene muros altos y encima de ellos alambres de púas", apuntó la funcionaria, quien de todos modos se excusó de brindar más precisiones hasta recibir las instrucciones del Procurador, que en definitiva es el que decidirá cómo se encauzan estas investigaciones; es decir, si continúan bajo la órbita de la fiscalía o la sigue cada juez hasta que se acumulen las causas. Durante la recorrida, la fiscal preguntó por los libros que los inspectores llevan para el control de entrada y salida de vehículos, por los de ingreso y egreso del personal, y por las planillas que confeccionan por la guardia policial, aunque en este caso la funcionaria aclaró que el personal policial está afectado solamente a la custodia personal, no vigila lo que ocurre con los automotores remitidos a los corralones. "Quiero ver cuál es el movimiento y de qué manera se trabaja, cómo están los libros, y qué estado de vulnerabilidad tienen los predios", resumió Cingolani.

A partir de las denuncias, y de las investigaciones judiciales y administrativas posteriores, un inspector que cumplía tareas de guarda nocturna en el corralón de Moreno y Ocampo fue detenido, sospechado de facilitar la salida de una moto. No obstante, Cingolani se preguntó si se le podían adjudicar a este empleado todas las maniobras irregulares denunciadas. "Por el momento no, lo que hay que hacer es investigar y ver hasta dónde llega", razonó la fiscal.