Ayer puntualmente, comenzó en el monumento Nacional a la Bandera, repleto de gente, la ceremonia de asunción de Monseñor José Luis Mollaghan como nuevo obispo de Rosario. Del acto participaron el arzobispo emérito de Rosario, Eduardo Mirás, el intendente Miguel Lifschitz, y el gobernador Jorge Obeid, además de miembros de las fuerzas de seguridad y de la comunidad eclesiástica. "Queridos hermanos deseo saludarlos a todos con gratitud por este recibimiento y afecto cordial. Al hablarles por primera vez como su obispo y pastor quisiera que sus corazones, como decía San Pablo, estén llenos de gracia y de paz que vienen de Dios nuestro Padre, y de Jesucristo el Señor. Le doy gracias a dios por presidir la eucaristía en esta querida tierra rosarina", comenzó el flamante obispo, quien explicó que "la misión del obispo, y mi misión como padre de esta iglesia rosarina es ofrecerles el agua de Dios, agua que es amor, espíritu y verdad, el agua que es Cristo, y el agua viva de su palabra, el agua del perdón y de la compasión que también brota del corazón de Cristo, el cual supo siempre compadecerse de sus hermanos, puesto que el mismo fue probado en todo, menos en el pecado".

Respecto a su futura labor, expresó que "en este servicio a la diócesis quisiera contribuir en hacer visible la entrega y el amor de Cristo por nosotros. Para ello es necesario recorrer el camino de la semilla que penetra en la tierra, que los conozca y me conozcan, y también que pueda discernir las diversas situaciones religiosas, culturales, sociales, de esta comunidad a la luz del evangelio, que es el centro del ministerio del obispo y de la acción de la iglesia. Por esto, queridos hermanos, servir a la iglesia en Rosario, junto con los queridos sacerdotes y presidir en el amor a la comunidad diocesana deben ser una misma realidad que en la celebración de la eucaristía, como hoy, se expresa de manera plena".

Por su parte, con una calurosa bienvenida, Mirás destacó que desde la designación del nuevo obispo la ciudad esperaba su llegada ansiosamente, refutando las versiones de que habría habido descontentos por parte de Monseñor Jorge Bergoglio por el nombramiento de Mollaghan. "Tuve la gracia de acompañar durante muchos años a los fieles de esta iglesia local. Eso me brinda la inmensa alegría de poder asegurarle que sus presbíteros, diáconos, consagrados, seminaristas, y una enorme multitud de fieles comprometidos con la Pastoral Diocesana ostentan una notable capacidad evangelizadora, así lo están manifestando desde que la Iglesia de Rosario fue erigida hace ya más de 70 años", relató Mirás, y continuó: "Monseñor, ellos lo esperan prontos a seguir sus consejos de Padre y Pastor".

Del mismo modo, tanto el intendente, Miguel Lifschitz, como el gobernador, Jorge Obeid, pronunciaron sus discursos de recibimiento agradeciendo el paso de Monseñor Mirás por el Arzobispado de Rosario, y dándole la bienvenida a Monseñor Mollaghan.

"En Rosario estamos acostumbrados a una presencia activa de la Iglesia Católica en los temas de interés público y en la vida cotidiana de la ciudad. A lo largo de estos últimos 12 años hemos aprendido, estimado Monseñor Mirás, a valorar enormemente su reflexión serena".

Pero no todo fue color de rosa: Seguidores del Padre Joaquín Nuñez pasaron por el acto con pancartas para "hacer una demostración, porque nosotros exigíamos la restitución del Padre Joaquín Nuñez en el cargo en la parroquia del Hospital Carrasco, y obviamente no nos atendió nadie. Nos mintió Mirás, nos dijo que él iba a interceder y no fue así".