Sábado, 25 de marzo de 2006 | Hoy
CIUDAD › MASIVO ACTO PARA REPUDIAR EL GOLPE DE ESTADO DE 1976
A 30 años del inicio de la dictadura militar, miles de rosarinos protagonizaron ayer la marcha más convocante desde la recuperación de la democracia. Estuvieron presentes, entre otros, la vicegobernadora Bielsa y el intendente Lifschitz. También hubo dos actos en la cuidad de Santa Fe.
Por José Maggi
Con más del 25 mil personas que marcharon por las calles de la ciudad y colmaron el patio cívico del Monumento a la Bandera, se recordaron ayer los 30 años del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. El acto más numeroso para esta fecha realizado desde la recuperación de la democracia tuvo una signo distintivo: la presencia de jóvenes, que en todo momento expresaron su respeto y su afecto a las Madres de la Plaza 25 de Mayo, protagonistas excluyentes de la jornada.
La concentración tuvo lugar a las 17 en la plaza San Martín, desde donde se comenzó a marchar una hora después hacia San Lorenzo y Dorrego, sede del Centro Popular de la Memoria, donde funcionara el centro clandestino de detención del Servicio de Informaciones.
La marcha estuvo encabezada por la bandera de Madres, sostenida por dirigentes de distintas organizaciones convocantes, seguidas por la de Familiares de detenidos y desaparecidos y por la de Familiares del víctimas del Diciembre Trágico. Detrás marcharon Hijos, los sindicatos las organizaciones sociales y los partidos políticos.
La bandera de la Multisectorial, que nuclea a todas las organizaciones convocantes, también ocupó un sitio de privilegio tanto en la marcha como en Monumento ya que fue desplegada en las escalinatas a los pies de las Madres y cubierta de rosas.
El recorrido de la marcha fue por calle San Lorenzo hasta Laprida, y por esta hasta Santa Fe para doblar hasta Buenos Aires para tomar el Pasaje Juramento. Los manifestantes pasaban entonces a metros de la Catedral, por lo que varias agrupaciones aprovecharon para repudiar el silencio durante la dictadura. "Ustedes se callaron cuando se los llevaron" fue uno de los cánticos.
Las bicicletas de Fernando Traverso también estuvieron presentes en banderas, desplegadas junto a pancartas de la agrupación Las Lenguas que exigían "Que no tapen el pozo", un reclamo dirigido hacia las autoridades provinciales para que no olviden al Centro Popular de la Memoria.
Las banderas de Amsafe Rosario, la Asociación Bancaria, APDH Cañada de Gómez, del Sindicato de Trabajadores Telefónicos, el Sindicato de Prensa, COAD, el Superior de Comercio y el Politécnico, la Federación Tierra y Vivienda, el Partido Comunista Revolucionario, la Corriente Clasista y Combativa -que aportó más de dos cuadras de militantes- el ALDE, Empleados de Comercio, empleados del call center APEX y el Partido Comunista.
Los seguían los jóvenes de la Universidad Tecnológica Nacional, y del Frente Santiago Pampillón, que al ritmo de una melodía de Fito Páez, pedían "dale alegría, alegría a mi corazón, la sangre de los caídos se rebeló. Ya vas ver las balas que vos tiraste van a volver..."
Entre las últimas banderas se destacaron las del Movimiento Socialista de los Trabajadores, el Partido Obrero y el Partido Socialista, columna nutrida por gran parte del gabinete municipal con Miguel Lifschitz a la cabeza, junto a Hermes Binner y Rubén Giustiniani.
Los últimos en llegar al Monumento fueron los militantes del Frente para la Victoria, que optaron por concentrarse en la esquina de Buenos Aires y Córdoba para marchar por esta calle, evitando el Pasaje Juramento y ubicándose en el exterior del patio cívico. La columna era encabezada por Agustín Rossi, María Eugenia Bielsa, Julio López (Barrios de Pie), Juan Nucci (Judiciales), Arturo Gandolla, y Walter Palombi (Correo).
En el Monumento, Darwina Galicchio comenzó leyendo el documento de Madres, recordando que "aún quedan más de 400 nietos por encontrar" y otros tantos "genocidas para enviar a la cárcel". Y de inmediato recordó a las madres que ya no están como "Irma Martínez y Elena Belmont", al igual que Rubén Naranjo recientemente fallecido.
"Estamos viejas -confesó Darwina-, pero no cansadas de luchar. Y estaremos locas, pero porque nos robaron lo más preciado que teníamos que eran nuestros hijos". A renglón seguido rescató las experiencias políticas de "Cuba y Venezuela, así como Bolivia que hace historia, Uruguay que construye esperanza, Brasil que lucha y Argentina que se levanta". Darwina cerró su lectura con el poema "No te rindas", de Mario Benedetti.
Fue el turno entonces de Nélida López, quien recordó los inicios de las Madres, y el apoyo y la lucha de hombres como Augusto Conte -que tenía una hija desaparecida- Alfredo Bravo, Monseñor Jaime de Nevares, Monseñor Gabriel Hesayne, Adolfo Pérez Esquivel, Monseñor Jorge Novak, Antonio Puigjane, Inés Cozzi, Fidel Toniolli "y el apoyo de nuestros esposos que nos acompañaron en esta lucha".
Un capítulo aparte fue el aplauso y la ovación recibido por otra de las mujeres presentes junto a las Madres: Delia Rodríguez Araya, abogada y defensora y militante por los derechos humanos.
Finalmente Elida López dejo una frase que guarda la más pura esencia de la resistencia, encarnada por las mujeres con sus pañuelos blancos: "Los molinos ya no están, pero el viento sigue soplando".
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