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El intendente Miguel Lifschitz resultó senador departamental electo con el 56 por ciento de los votos, con una distancia sideral respecto de Armando Perichon (16,14 por ciento) y la candidata de Unión Pro, Laura Wescamp, con un 13,46. "Vamos a seguir gobernando Rosario, profundizando la democracia local, por más solidaridad, más libertad y más igualdad", afirmó Lifschitz, encargado de proclamar a su sucesora, Mónica Fein, y mostrar los números más triunfales, los de Rosario, los que ponían en evidencia que la candidatura a senador había sido insuficiente para su proyección política. Mientras Antonio Bonfatti y Hermes Binner seguían con preocupación los números para gobernador, que recién a medianoche les permitieron sonreír, Lifschitz salió temprano, poco después de las 22, a hablar con los militantes congregados en el Patio de la Madera con un aluvión de votos bajo el brazo. Alguna que otra consigna sobre la gobernación despertó una sonrisa del intendente, que a principios de este año debió resignar su candidatura.

Tranquilo, Lifschitz fue el primero que festejó en la noche del domingo. Agradeció "el apoyo de los rosarinos a un proyecto político, y de gestión, que ha transformado la ciudad a lo largo de 22 años, y que lejos de estar agotado, demuestra en esta elección que sigue siendo la esperanza del futuro para más de la mitad de los rosarinos".

Cuando Lifschitz anunció su triunfo, la victoria en la ciudad era un aliciente para los militantes que venían de fiscalizar mesas. "Quiero hacer un reconocimiento a todos los rosarinos y rosarinas que nos han apoyado y nos han dado su voto, a todos los amigos y amigas de las localidades del departamento que nos han acompañado, también a aquellos que han votado por otras fórmulas y otras alternativas, porque con el apoyo de toda la ciudad, vamos a seguir gobernando, vamos a seguir profundizando la democracia local, vamos a seguir trabajando a favor de la inclusión social de los que menos tienen, vamos a seguir transformando por más solidaridad, por más libertad, por más igualdad, vamos a seguir transformando a Rosario", apuntó Lifschitz en su discurso, y despertó los cantos triunfales de una ciudad "socialista y popular".

Lifschitz hizo un discurso territorial, con el eje puesto en los logros del gobierno municipal en Rosario. Habló de la transformación "en todos sus barrios y en todos sus distritos, profundizando la descentralización, promoviendo la participación ciudadana, generando espacios para la educación, la cultura, el acceso al deporte, de todos los niños y de todos los jóvenes". Y definió esa enumeración como una "política progresista con profundo contenido social, política de cambio y de innovación permanente, más transparencia, más diálogo, con convocatoria a la sociedad civil".