CIUDAD › DETECTAN TRABAJADORAS EN NEGRO EN UN TALLER TEXTIL DEL MACROCENTRO
El personal trabajaba en condiciones deficientes, a razón de 500 pesos por 48 horas semanales, sin aportes previsionales ni cobertura gremial ni de salud.
Un allegado a la firma le apuntó a la alta informalidad que impera en el negocio de la indumentaria.
› Por Luis Bastús
Inspectores del Ministerio de Trabajo provincial detectaron en un taller textil del macrocentro a once trabajadoras en negro, luego de abrirse paso por la fuerza, con la policía y una orden judicial de allanamiento. En el establecimiento, los fiscalizadores consideraron que el personal trabajaba en condiciones deficientes, a razón de 500 pesos por 48 horas semanales, sin aportes previsionales ni cobertura gremial ni de salud. Un allegado a la firma le apuntó a la alta informalidad que impera en el negocio de la indumentaria: "Es imposible trabajar con todos en blanco porque la competencia desleal es mucha", alegó.
El mes pasado, la Dirección Provincial de Inspección tomó una denuncia verbal sobre el taller Rostex SRL, ubicado en Tucumán 2650 y dedicado a la confección de prendas de vestir. "Las primeras dos veces no nos atendieron. En la tercera oportunidad, abrieron la puerta pero la cerraron apenas dijimos que veníamos del Ministerio de Trabajo. La cuarta vez fue el miércoles, y lo hicimos con una orden de allanamiento del juzgado laboral Nº 6 y con la Policía. Hubo que romper la cerradura porque tampoco nos abrían", contó Fernando Muruaga, director del área.
Según el inspector, al fondo del patio del inmueble, detrás de una persiana, se disponían máquinas de coser, planchas, cortes de tela y otros implementos entre los que estaban once costureras, ojaladoras y remalladoras preocupadas por la situación y por el futuro de su trabajo, puesto que la encargada del lugar no pudo exhibir ninguna documentación laboral del establecimiento.
Las empleadas fueron renuentes a responder las preguntas de los inspectores. "Tenían el temor lógico de estos casos. Pudimos saber que trabajaban de lunes a viernes, de 7 a 16. Si con la autoridad de control la empresa se negó a franquear el paso, ¿qué ocurrirá si a una empleada se le ocurre plantear su situación?", imaginó el funcionario.
"Además de estar en negro, el establecimiento estaba en muy mal estado de conservación", enumeró Muruaga. El informe también inventarió "cámaras de seguridad controlando al personal en distintos puntos, y un perro de gran porte en el ingreso, lo que dificultó el allanamiento".
En rigor, Ato, el doberman referido, pareció más amistoso que temible ayer cuando Rosario/12 encontró en el local cerrado a un hombre que no quiso identificarse más que como "el padre de la dueña". Éste dijo que la firma se avino a reunir toda la documentación que la Justicia laboral pueda requerirle la semana próxima. Y sostuvo que las empleadas no atendieron a los inspectores porque los titulares de la firma no estaban presentes y ellas, por razones de seguridad, no abren la puerta.
Allegados al negocio de confección de indumentaria quisieron justificar la informalidad laboral con la que el taller empleó a once obreras. Describieron un modus operandi extendido en el ramo, por el cual las fábricas y tiendas que tercerizan confección presionan a los talleres a bajar precios so pena de encargar el mismo trabajo a costureras individuales que trabajan, también en la informalidad y por su cuenta, desde su casa y sin estructura de costos fijos.
"A ver si el Ministerio se anima a inspeccionar en Las Flores, en Villa Banana", desafió un empresario del rubro textil, y creyó con eso justificar la precarización laboral de las trabajadoras.
El taller de Rostex no fue clausurado porque no se descubrió ninguna situación de "riesgo inminente". Igual, la firma lo cerró hasta regularizar la situación luego de que inspectores municipales aparecieran para exigir requisitos para funcionar como taller textil.
El informe de Inspección añadió: "Todas estas circunstancias evidencias la ilegalidad con la que se manejaba este local, oculto en pleno centro de Rosario, con malas condiciones laborales, trabajadores en negro y estrictamente vigilados". Muruaga diferenció la situación de los casos de esclavización laboral detectados en talleres textiles porteños y del Gran Buenos Aires. "Éste no es un taller de los que trabajan a cama caliente, con personal esclavo. Nuestra intención es preservar la fuente de trabajo pero en condiciones decentes", concluyó.
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