De los casi 200 talleres textiles que funcionan en Rosario, cerca el 80 por ciento trabaja con empleados en negro, según el gerente de la Cámara Industrial de la Indumentaria, Mario Giambatistelli. El dirigente empresario condenó esa situación, pero advirtió que las fábricas que tercerizan confección con esos talleres comparten la responsabilidad por la situación en la que se encuentren los trabajadores. "Es una cláusula que incluimos en el convenio de las paritarias, con el propósito de reducir el trabajo en negro. Pero la mayoría de los talleristas no colaboran. Hay connivencia entre explotadores y explotados", analizó.

Giambatistelli reconoció que por el carácter estacional, de temporada, que posee la naturaleza del negocio de la indumentaria, es "casi imposible" que a un taller textil le cierre la ecuación económica si debe blanquear a su personal.

Giambatistelli remarcó que "la gran mayoría de los miembros de la Cámara son empresas con talleres propios, o que tercerizan contra factura". Y encuadró la situación en perspectiva histórica: "Nuestra industria se reactivó hace siete años. Hasta 2003 se importaba el 90% de la indumentaria, y teníamos en la provincia unos 2.500 trabajadores registrados. Hoy se importa no más del 25%, y hay 50.000 trabajadores registrados. El trabajo en blanco es nuestro desafío", aseguró el dirigente.