La Justicia rosarina ordenó que, en un año, la Municipalidad abra el cementerio de mascotas y la guardería transitoria de animales, que fueron aprobados en ordenanza en 1994, pero nunca promulgadas por el Ejecutivo. En el mismo fallo, la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial resolvió el cierre del anexo que funciona en Avenida de las Palmeras 4500, y que el centenar de animales allí alojados sea derivado a la nueva guardería, que además funcionará como lugar de cuidados donde los rosarinos podrán dejar sus mascotas al salir de viaje. La directora del Instituto Municipal de Sanidad Animal (Imusa), Diana Bonifacio, señaló que las iniciativas no acompañan los proyectos "vanguardistas" que está implementando la municipalidad en materia de salud animal. "No me niego al cementerio porque me parece importante que la mascota que estuvo 15 años con uno tenga una despedida; pero me parece que lo ideal sería un crematorio, que es mucho más moderno, ecológico y superador", señaló. Además, dijo que la guardería va a generar "un abandono brutal de animales", y agregó: "Hay que generar propuestas tendientes a la adopción de mascotas". El municipio está evaluando interponer un recurso de inconstitucionalidad.

El fallo del tribunal de Alzada --que hizo lugar a una presentación de asociaciones protectoras de animales, en el marco de la ley 10.000-- intima al municipio a que reglamente las ordenanzas 5904/94 (creación de guardería) y 5905/94 (cementerio de mascotas). El primero, deberá implementarse en un plazo de 240 días; mientras que el camposanto deberá comenzar a funcionar en 360 días. Ambas normativas fueron sancionadas hace 17 años, pero nunca fueron promulgadas.

Los camaristas Jorge Peyrano, Edgard Baracat y Avelino Rodil, pusieron ese plazo para la puesta en marcha de ambas ordenanzas; sin embargo, el titular de Jurídica del municipio, Alejandro Schwartzman, dijo a este diario que se está evaluando "la posibilidad de interponer un recurso de inconstitucionalidad".

Además, la resolución judicial advierte a la intendencia: "El incumplimiento, en tiempo y forma, de lo resuelto originará consecuencias aflictivas". También apuntó que "el tema presupuestario no puede invocarse como excusa permanente para violentar intereses difusos de la comunidad que han sido reconocidos por la sanción de ordenanzas municipales".

Bonifacio fue la primera en salir a defender las actuales tareas del Imusa. "La gente que trabaja en el anexo es súper proteccionista. Allí los animales tienen un lugar espectacular, donde no hay público. Es como una casa de perros, con un patio donde están felices", remarcó sobre el espacio que la Justicia ordenó cerrar, y que esos cien animales se muden a la guardería a crearse.

En el mismo sentido, la funcionaria aseguró que "la ordenanza es muy vieja, extemporánea y equivocada. No se puede implementar tal como está escrita, porque cuando se habla del cementerio de animales se propone que sea pago. Nosotros proponemos reformularla". Y se quejó: "La idea es que se haga un cementerio en el límite con Ibarlucea, en medio de barrios. Yo quiero saber qué tratamiento se le va a dar a un perro enterrado: vamos a contaminar las napas, vamos a tener un lugar con olores nauseabundos. Si se hace así, tendremos que tener los mismos cuidados que se tienen en un cementerio de humanos; pero todo ese presupuesto para los animales muertos, me gustaría tenerlo para los vivos: tener más quirófanos, un Imusa más grande, con proyectos y programas de crianza", instó.

De todos modos, aseguró: "Concuerdo totalmente con que hay que darles un final respetuoso, cariñoso y afectivo a una mascota que estuvo 15 años con uno. Por eso, lejos de oponerme, apunto al diálogo para avanzar en dos proyectos que presenté en abril. Nuestra idea es tener un crematorio, que sería mucho más moderno, ecológico y superador a enterrar los animales en la tierra".