Lo que empezó como una quimera en una pequeña oficina céntrica, donde entrábamos dos periodistas (quien escribe esto y Pablo Feldman) que se disputaban la única máquina de escribir Lexicon disponible, con el paso del tiempo se transformó en un proyecto periodístico sólido que vino a dar cuenta de que otro diario en la ciudad era posible.

"El Página chico", lo definió alguna vez el ex gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, en un rapto de lucidez, cuando lo tuvo entre sus manos. Y el chico creció junto a Página/12. "¿Sí, con Página/12 de Rosario?", se escucha reiteradamente del otro lado de la línea telefónica cuando llaman a la redacción, políticos, artistas, lectores...

En todos estos años, el "Página chico" fue una escuela de periodistas rosarinos, quienes cuando decidieron volar hacia otras redacciones, a otras ciudades, escribieron en su libreta de apuntes imaginaria el reconocimiento permanente al lugar de origen.

La agenda política santafesina y rosarina no es la misma desde que este diario incorporó una mirada novedosa para su análisis. O la sección de Cultura, donde tienen cabida desde el primer ejemplar aquellos gestores de la cultura local tantas veces ninguneados en otros medios, o Deportes que es mucho más que la cobertura de resultados. Pero, sin dudas, el espacio destinado a los derechos humanos, el seguimiento de los juicios a los represores, hacen a la identidad del chico.

Y el chico cumple años. 21. Se hizo grande.

(Anque todos los grandes que hacemos Rosario/12, día a día, seguimos repitiendo como un mandato que el periodismo sigue siendo un oficio que se ejerce con pasión).

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