Con tres aspectos críticos puntuales, ocho organizaciones ambientalistas le reclamarán a la intendenta electa, Mónica Fein, "el inmediato cumplimiento de las metas" del programa Basura Cero, para disminuir los residuos de la ciudad. A tres años de la aprobación de la ordenanza, la demanda será al estilo Greenpeace, con una intervención sorpresa en la plaza 25 de Mayo, frente al Palacio de los Leones, hoy, desde las 11.30. Los organizadores les entregarán a Fein y al intendente Miguel Lifschitz un documento al que tuvo acceso Rosario/12, con críticas puntuales de las ONG's en cuanto al plan Basura Cero, que el año pasado debió reducir en un 15 por ciento los residuos locales. Sin embargo, señalaron, "aumentaron más de un 5 por ciento". El año que viene, la disminución debería ser del 25 por ciento respecto de 2006. El reclamo escrito denuncia "incapacidad de la visión de gobierno para abordar el problema". Por su parte, el municipio relacionó el aumento de la basura con la "recuperación económica, que plantea un esperado incremento en la generación de residuos, por la mayor actividad comercial, industrial y de servicios" (ver aparte).

El 13 de noviembre de 2008, el Concejo Municipal aprobó la ordenanza 8335, que obliga a la Municipalidad a reducir progresivamente la basura que se envía a rellenos sanitarios. Según expresaba el texto de la normativa, para 2010 debería haber reducido un 15 por ciento respecto del valor registrado en 2006, cuando en el relleno sanitario de Ricardone se depositaron 247.722 toneladas de basura. Cuatro años después, el municipio "no cumplió" con la reglamentación, y esa cantidad ascendió a 260.132 toneladas; es decir que aumentó un 5 por ciento. Hoy llega a las 270 mil. "Estamos tirándole la basura al vecino, por encima del tapial", aseguró Gonzalo Gorostarzu, de Greenpeace, quien agregó que para ello el gobierno local gasta 90 mil pesos diarios.

Uno de los puntos señala que "hay mucha incertidumbre ante la falta de información por parte del municipio" para con la Comisión de Seguimiento del programa, que se formó en 2010, a partir de la ordenanza. En ese sentido, lo plantearán en el escrito como una "escasa transparencia y rendición de cuentas, que dificultaron que la sociedad se involucre informadamente en el tema".

Para la Asociación Amigos del Parque Urquiza; el Foro Ambiental Ciudadano; Greenpeace; el Grupo Ecologista Génesis; el Ojo Ciudadano; Scouts de Argentina; el Taller de Comunicación Ambiental; y el Taller Ecologista --que presentarán hoy la demanda a la futura intendenta, a poco menos de un mes de su asunción--, el "incumplimiento" se debe a que "la gestión de los residuos no se modificó sustancialmente". Sostienen que se agregaron "parches" al sistema, y que eso demostró "no ser una forma viable de cumplir la ordenanza". En ese contexto, aseguran que "se hace evidente la necesidad de una discusión profunda sobre las lógicas de manejo de residuos instauradas en la ciudad desde hace muchos años, y que están bloqueando toda posibilidad de cumplir con la ordenanza".

Otro aspectos críticos tiene que ver con la política higienista. Aseguran que "la gestión de los residuos en Rosario sigue dominada por la lógica de que la basura no se vea: que se recolecte lo antes posible; pero el objetivo es que la ciudad esté limpia; y no una ciudad que adopte una mayor responsabilidad sobre los impactos del consumo y la generación de residuos. Una ciudad que empiece a reciclar y compostar porcentajes apreciables de los residuos que produce, y donde los habitantes sean más críticos como consumidores".

Plantean que la visión higienista es "una hipocresía, cuando a 30 kilómetros toda la basura termina amontonada en lo que se denomina un relleno sanitario". Y apuntan a que los "principales perjudicados son los habitantes de Ricardone y comunidades cercanas que soportan desde hace 8 años la basura diaria de Rosario".

En rigor, reclaman un cambio en el sistema de recolección. Afirmaron que "la cantidad de materiales recuperados por el programa Separe sigue siendo insignificante", porque "no supera las cuatro toneladas por día, mientras se entierran unas 700 toneladas diariamente".

También criticaron la política de contenerización. "Se instalaron con un propósito de limpieza, no para reciclar materiales". Para Gorostarzu, el éxito de la separación se basa en sistemas puerta a puerta y no en sistemas de contenedores. En cuanto a la separación en origen, aseguró que "no hay importantes avances" más allá del aumento en el número de islas, "modalidad que aún no probó ser efectiva", dijo.

En el tercer eje, las organizaciones se refirieron a la planta de separación y compostaje, a construirse en Bella Vista, con fondos nacionales. "No lo vemos como una solución, porque es una planta de separación de residuos mezclados, en la que la separación es complicada, y lo que se logra separar no tiene buena calidad como para hacer un verdadero compost orgánico, por ejemplo para cultivo. Es probable que su destino sea la disposición en rellenos sanitarios", aseguró Gorostarzu. Otro punto en contra es que la cantidad de materiales reciclables recuperada por este tipo de plantas "suele estar por debajo del 10 por ciento de los materiales tratados". En definitiva, "se generan muchos gastos para no solucionar la cuestión de fondo".