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Un rompecabezas con los niños﷓víctimas de la última dictadura militar, una máquina inspirada en Leonardo Da Vinci que permite leer 70 fragmentos de hechos de represión de todo el mundo y un pasaje que rememora la ronda que hicieron por años las Madres de Plaza de Mayo son los rasgos distintivos del Museo de la Memoria de Rosario, que el mes

próximo cumple su primer año de vida.

El museo, ubicado frente a la Plaza San Martín en una casona

construida en 1928, fue sede del poder militar en los `70 y desde

allí, antes de convertirse en presidente de la dictadura, Leopoldo

Fortunato Galtieri, comandó las operaciones del II Cuerpo del

Ejército.

Un par de décadas después y ya convertida en un típico bar

del centro rosarino, la casona debió atravesar un largo periplo de

debates, apoyos y rechazos ciudadanos, que se inició en 1999 cuando

el Consejo Municipal aprobó la ordenanza que designaba a ese

inmueble sede del Museo de la Memoria.

Recién el año pasado, el municipio de Rosario pudo tomar

posesión de la casona, dirigida por el profesor Rubén Chababo,

quien ﷓en diálogo con Télam﷓ resaltó que el museo "es el primero en

Argentina en ser reconocido de interés nacional y pionero en

Latinoamérica por dedicarse a exhibir el accionar del Estado

terrorista sobre la población civil no sólo en Argentina sino en la

región".

En ese sentido, Chababo destacó que la idea del museo es

relatar "no sólo lo que pasó en Argentina durante la última

dictadura militar, sino también referenciar otros hechos represivos

ocurridos en América y en otras regiones del mundo".

Por eso, además de 10 columnas que tienen impresa la lista de

nombres de desaparecidos de la CONADEP y una sala denominada

"lectores", que invita a la "reflexión sobre la condición humana en

situaciones límite", el Museo alberga en su segundo piso una

muestra fotográfica sobre la represión a campesinos en Guatemala

por su lucha por la tierra.