Un conflicto gremial en una empresa de recolección privada de residuos agitó ayer la cuadra de Garay al 1300, cuando la policía intentó desbloquear la entrada del edificio. El Sindicato de Recolección, Barrido y Limpieza amagó a paralizar el servicio en Rosario y en seis ciudades a la redonda, pero tras una reunión con el dueño de la firma, se acordó la reincorporación de los despedidos.

El malestar gremial empezó hace diez días, cuando la empresa Clean City suspendió a diez empleados y luego despidió a otros dos, según contó Fernando Machuca, uno de los trabajadores afectados. "Tuvimos que buscar el aval de la Federación de Camioneros, y entonces sí decidimos reclamar por la reincorporación con una manifestación en la puerta de la empresa", relató Machuca.

El martes por la noche, una comisión policial visitó el piquete montado en Garay 1357 para advertirles a los manifestantes que debían desalojar esa posición. Como perseveraron en la protesta, ayer al mediodía la Policía regresó para despejar la entrada por la fuerza. Hubo forcejeos y corridas, pero la situación se calmó y no hubo detenidos. El arribo del secretario de la CGT Rosario, Rubén López, y del titular de Recolectores, Marcelo Andrada, abrió un compás de espera hasta la tarde, cuando estos mantuvieron una reunión con el dueño de Clean City, Carlos Robledo. De la negociación se acordó la reincorporación de los trabajadores despedidos y el levantamiento de la sanción para los suspendidos.