Otra vez, una militante de la Comunidad Trans en el Movimiento Evita, Michelle Vargas, fue demorada varias horas en una comisaría --la 5ª-- cuando se acercó a denunciar una agresión de varios taxistas en Mitre y Ocampo. La activista había llegado a la plaza Sarmiento después de la 1 de la mañana, tras participar en el acto de Vélez. Tenía que buscar una llave en la casa de una compañera, así que tomó un taxi en Entre Ríos y San Luis. Cuando llegó a su destino, le pidió al chofer que la esperara dos minutos, que volvería para seguir viaje. Al bajar, el taxista no sólo se negó a continuar llevándola, sino que además le pidió diez pesos en concepto de espera. En total, debía abonar 24 pesos. Michelle se negó a pagar ese adicional, y comenzó una discusión que pasó a mayores: por el radio taxi el conductor llamó a sus compañeros. Varios llegaron a esa esquina y agredieron a Michelle, a empujones y verbalmente. La joven fue a la comisaría, donde recibieron la denuncia del taxista pero no la de ella, y además la demoraron durante más de tres horas. La referente de Comunidad Trans, Michelle Mendoza, dijo que harán una denuncia por persecución. "No puede ser que cada vez que queremos hacer una denuncia terminemos presas", dijo Mendoza. El viernes, a las 18, harán un escrache a la comisaría ubicada en Italia al 2100.

Según el relato de Michelle Mendoza, su compañera Michelle Vargas fue tratada de forma discriminatoria en la seccional 5ª, donde contabilizan "cuatro casos" de agresiones en los últimos meses. Como la nombraban en masculino, Michelle Vargas pidió que le respetaran su identidad de género, haciendo alusión a la inminente sanción de la ley en el Senado de la Nación. El oficial que atendió a la activista le dijo: "Yo soy católico practicante y vos sabés lo que significa eso", al tiempo que la demoró en una celda que estaba "toda orinada y sin ventilación".

En la comisaría 5ª dieron una versión diferente. Dijeron que Michelle Vargas no quiso pagar los 9 pesos que salía el viaje, que ella se presentó en la comisaría como Diego (algo inverosímil tratándose de una activista trans). Según indicó el oficial Bay, tanto el taxista --cuya chapa es 1863-- como Michelle Vargas llegaron demorados. Pero Michelle Mendoza asegura que el taxista hizo su denuncia y rápidamente pudo irse. En cambio, Michelle Vargas estuvo en una celda hasta después de las 5.30.

"Vamos a hacer una denuncia por persecución. Nosotras tuvimos en marzo una reunión con el ministro Leandro Corti, el secretario de Seguridad Comunitaria Angel Ruani y el jefe de la policía Néstor Arizmendi, y también la tuvimos con el subjefe de la comisaría 5ª, por otro caso de una compañera a la que no le quisieron tomar la denuncia. Nosotras tenemos miedo de que estas situaciones se deban a que somos militantes y tenemos identidad política, porque no puede ser que cada vez que queremos hacer una denuncia quedemos presas, siempre Michelle y yo", apuntó Michelle Mendoza, a quien intentaron quemarle la casa el 23 de marzo pasado, con amenazas por su militancia trans.