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Un policía en actividad fue detenido ayer en Rosario por tenencia y traslado de drogas, durante un operativo montado en un lugar al que, se sospechaba, llegaría un cargamento de estupefacientes. Se trata de un suboficial de la Unidad Regional II que circulaba en auto por la zona de 27 de Febrero y Vera Mujica con 350 bochas de cocaína de alta pureza, junto a un vigilador de La Siberia, de 35 años y que pasó por las filas del Ejército. De igual manera ayer también fue desbaratado por tercera vez, un quiosco de drogas de villa La Lata.

Con respecto al primero de los hechos se informó que el dúo que circulaba en un Renault 11 color azul, propiedad del vigilador, además se le secuestró otros 14 envoltorios de la misma droga que llevaba entre su ropa, y también el arma reglamentaria que llevaba el miembro de la fuerza, una pistola 9 milímetros.

La policía había dispuesto un operativo, conocido en la jerga como "aguante", ante la presunción de que podía llegar al lugar un cargamento de droga. Ante la presencia de un coche intentaron pedir identificación al conductor, que se dio a la fuga y fue detenido luego de una persecución. Se constató entonces que se trataba de un sargento de 38 años que presta servicios en el Comando Radioeléctrico que portaba estupefacientes.

El efectivo fue pasado a disponibilidad y la causa quedó en manos del juzgado federal de Instrucción Nº 3, a cargo de Carlos Vera Barros.

De igual manera ayer también fue desbaratado por tercera vez, un quiosco de drogas de villa La Lata.

Oscar Romero, jefe de la delegación Rosario de Drogas Peligrosas de la Policía, dijo que llamó la atención que tres veces hayan encontrado estupefacientes en el mismo lugar -un pasillo de Gomensoro al 1400- pues en general los puestos de venta se trasladan para desorientar a la fuerza de seguridad y a la Justicia.

En este caso, encontraron en el lugar tres kilos de droga listos para su venta fraccionada -un kilo y medio de cocaína y otro tanto de marihuana-.

Entre los detenidos, hay una menor y cuatro varones mayores. La policía presume que uno, que además tenía una pistola calibre 32 en su poder era el vendedor, mientras que los otros cuatro estaban allí porque fueron a comprar.