La agenda pública iba a empezar ayer en la ciudad con una teleconferencia en el parque España en la cual la presidenta Cristina Fernández y la intendenta Mónica Fein anunciarían la construcción de una planta procesadora de residuos. Pero el accidente vial que en Chubut segó la vida de 12 personas y dejó 40 heridos trastocó lo previsto, y repercutió aquí porque los 9 gendarmes fallecidos pertenecían al destacamento móvil de la Región II, con base en Rosario. Estaban asignados desde el año pasado a los operativos Centinela y Cinturón Sur, que la fuerza despliega en apoyo de las policías locales. La tragedia hizo que el gobierno decida excluir de aquí en adelante a Gendarmería de la intervención en conflictos como el que la había convocado en el yacimiento de Cerro Dragón, a cargo de Pan American Energy.

Al anochecer, dos aviones aterrizaron en el aeropuerto Islas Malvinas con más de cien gendarmes que integraban el convoy de 5 ómnibus. En el primer grupo llegaron 63 sobrevivientes, 16 de los cuales tenían heridas leves. Los recibió su comandante general Miguel Faguagaz y la intendenta Fein, quien explicó su presencia "para poner todo a disposición de los gendarmes y de sus familiares, en una situación tan dolorosa como ésta", dijo. El contingente cruzó la ciudad en dos colectivos flanqueados por la Guardia Urbana Municipal, dejando intrigas a su paso en testigos que no atinaban a relacionar la caravana con la tragedia ocurrida a las 5 de la mañana, 1500 kilómetros al sur, en el límite entre Chubut y Río Negro.

Hubo silenciosas escenas de congoja cuando los gendarmes arribaron a la base de San Martín al 2800 y se encontraron con los familiares y su previsible angustia. En las horas previas, hubo que disponer psicólogos para contener a quienes llegaron hasta las rejas del destacamento, urgidos por saber la suerte de sus parientes.

De las 12 víctimas fatales, una era el chofer del camión cerealero que impactó la hilera de colectivos y otras dos eran los que conducían los dos primeros ómnibus del convoy. Las nueve restantes eran los efectivos del destacamento Rosario, y fueron identificados como el sargento ayudante Néstor Raúl Posse, sargento 1º Idilio Valdez, cabo 1º Héctor Mareco, cabo Luis Roberto Ojeda, y gendarmes José Ricardo Bordón, Martín Javier Delgado, Sergio Javier López, Elías Jacobo García y Federico Ismael Vilca. Posse era padre de cuatro hijos y residía en la localidad de Alvear; los otros eran oriundos de Formosa.

A pesar del hermetismo al que los oficiales del destacamento confinaron a los gendarmes que volvieron, este diario pudo reconstruir que esa división -unos 600 hombres en total- dejó el año pasado el predio rosarino para sumarse en Buenos Aires a los operativos que el Ministerio de Seguridad dispuso como refuerzo de la función policial. Un centenar de estos efectivos hacía 40 días que había partido de la Capital y se encontraba cumpliendo sucesivas misiones hacia el sur. El periplo había comenzado en Mar del Plata, adonde tuvieron que intervenir en un conflicto de pescadores; luego fueron enviados al sur, donde su última actuación fue custodiar el yacimiento que la petrolera Pan American Energy explota en Cerro Dragón, cerca de Comodoro Rivadavia, en conflicto gremial.

Ayer de medianoche salieron por la ruta 3, a bordo de 5 ómnibus de la empresa Ventur y Andesmar. Aunque oficialmente se informó que todos estaban asignados a la seguridad de la cumbre de la Unasur, en Mendoza, algunos gendarmes aseguraron que parte del grupo regresaba ayer mismo a Rosario, para empezar su licencia y partir hacia sus lugares de origen: la mayoría en las provincias del norte, salvo el sargento Posse, que vivía en Alvear con su familia, y unos pocos rosarinos entre los sobrevivientes.

"Esto nos duele, conocíamos a todos los que murieron. Nos podía tocar a cualquiera de nosotros", comentaró un gendarme que salió con su bolso a cuestas rumbo a casa. Los heridos de gravedad fueron derivados a centros asistenciales de Buenos Aires.