CIUDAD › SOBRESEEN A LA CHICA PARAGUAYA QUE HABíA ABANDONADO A SU BEBA
El juez Donnola cerró la causa por "abandono de persona". La chica tenía "miedo" porque no tenía recursos para mantenerla.
El juez de Instrucción Juan Andrés Donnola cerró el proceso penal por "abandono de persona" que se le había iniciado a la joven de 20 años que se ausentó del hospital Centenario tras el nacimiento de su beba. Al ser hallada tras su desaparición en pleno puerperio, Lourdes O. -oriunda del Paraguay manifestó "miedo" ante el magistrado, ya que su situación económica y familiar no era la deseable para afrontar la maternidad. Temerosa, dijo que estaba "arrepentida" y pidió recuperar a la beba. Ante ello, el juez dictó el sobreseimiento. Además, tuvo en cuenta que el magistrado de Familia, Marcelo Molina "confió" en ella y le restituyó a la pequeña, que permaneció pocos días en guarda provisoria con una pareja rosarina. Molina, al intervenir por el interés superior de la beba, pidió que no se estigmatizara a la mujer antes de escucharla. En su resolución, Donnola destacó "una nueva y renovada actitud de madre".
La denuncia había sido presentada por una médica del Centenario, quien recordó que el 4 de junio, a las tres de la madrugada, Lourdes ingresó al efector donde dio a luz a la beba, que pesó 2,6 kilogramos. Alrededor de las 11, la profesional pasó por la sala para controlar el estado de la recién nacida, donde advirtió que la mujer "se había retirado, sin firmar el alta, dejando a la beba al cuidado de nadie".
Enseguida, las autoridades del hospital dieron aviso a personal policial para que buscaran a la chica en la dirección que ella había dejado en los registros clínicos, pero los efectivos se sorprendieron al llegar al lugar y encontrarse con una plazoleta.
Cuatro días después que la pequeña Ana quedara al cuidado de profesionales del Centenario, el Consulado de Paraguay facilitó a las autoridades abocadas a la búsqueda la dirección de la mujer, que fue hallada por la policía y puesta a disposición de la Justicia Penal. Frente al juez, la chica relató que había ocultado el embarazo a su familia en Paraguay. Había quedado embarazada de su novio, quien al enterarse de la situación se fue con otra mujer.
Lourdes, que vive con su hermana y la hija pequeña de ésta, trabajaba como empleada doméstica en una casa de familia hasta que sus patrones descubrieron su estado y la echaron. Según expresa la resolución de sobreseimiento, la joven dijo que "había abandonado a su hija porque tenía miedo, porque no tenía recursos para mantenerla, ya que vivía con su hermana y no quería ser una carga para ella".
El abandono en un hospital "supone una suerte de garantía de cuidado que afortunadamente tuvo la beba más allá de la actitud reprochable de quien debió actuar de una manera distinta, pudiendo obtener una correcta atención médica. Teniendo en cuenta que es la propia madre quien pudo alimentarla y mantenerla, con las dificultades propias que muchas personas tienen, la ahora arrepentida puede restablecer una nueva actitud maternal", dice la resolución judicial. Y resalta: "El propio juez de Familia le confía nuevamente a su hija en su tenencia y cuidado".
Ante ese panorama, el juez Donnola consideró que "no se reúnen los elementos del tipo penal" ya que Lourdes "no colocó al incapaz (la beba) en situación de desamparo, ni existió peligro para su integridad física: no se lo privó de los auxilios y cuidados que le eran imprescindibles para mantener su vida. Es la propia inculpada quien decide no querer continuar con el abandono".
Desde hace dos semanas, Lourdes y Ana están juntas.
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