Captación, traslado y explotación. Las tres instancias de la trata de personas con fines sexuales "confluyen en Santa Fe", lamentaron desde Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), la organización social que trabaja desde 2009 en visibilizar y sensibilizar sobre la problemática. "No hablamos de una trata que está lejos; puede estar al lado de tu casa", advirtió Emilia Benvenutti, de la ONG, y señaló también que para que exista la trata y los delitos conexos --que los estados municipal y provincial buscan combatir--, "hay vínculos de complicidad de los tratantes con sectores de poder, como la policía, políticos y jueces", dijo. Mumalá es una de las organizaciones que participó la semana pasada de la Mesa Municipal contra la Trata, que se creó por ordenanza municipal y empezó a funcionar en junio pasado, para establecer un protocolo de detección, prevención y asistencia a las víctimas.

Tras el encuentro, Andrea Travaini, directora del Instituto Municipal de la Mujer señaló que la reunión permitió avanzar sobre el borrador del protocolo, y que la discusión se centró en cómo denunciar casos y en qué tipo de asistencia darle a las mujeres rescatadas. En ese sentido, se analiza si es necesario un refugio exclusivo para víctimas de la trata o si pueden recibir asistencia en los lugares donde se alojan las mujeres afectadas por la violencia de género. En tanto, la Oficina Municipal de Derechos Humanos busca que se trate la problemática en los Centros Municipales de Distrito.

"Lo más importante es jerarquizar el rol de las organizaciones sociales, porque son las que pusieron el tema en debate y lo visibilizaron antes que lo hiciera el Estado", destacó Gabriela Sosa, directora de la Oficina de Derechos Humanos, que participa de la Mesa, a la que el viernes se sumaron organizaciones como Indeso, Desde el Pie, Mumalá, la Asociación Cristiana Evangélica, la Escuela de Enfermería, concejalas, la comisario Mónica Viviani y autoridades de Derechos Humanos de la provincia. "Es una Mesa con buena combinación de sectores, donde se puede trabajar porque hay compromiso", destacó Noemí Chiarotti, de Indeso.

Benvenutti, en tanto, saludó como "importante" la iniciativa de integrar a las organizaciones sociales y apuntó a "ver resultados". La idea es "combinar y articular" la historia de las organizaciones con las herramientas que tienen la municipalidad y la provincia. "Hay que tener una mirada atenta ante estas situaciones y lograr que disminuya la trata, y que los tratantes estén donde tienen que estar: en la cárcel", destacaron.

Entre los puntos acordados en el borrador del futuro protocolo contra la trata, todos los actores coincidieron en la importancia de la capacitación de los agentes del estado. Además, del encuentro surgió la idea de llegar a los docentes para que desde allí puedan detectarse disparadores en los chicos, que ayuden a encontrar posibles casos en las familias o en el barrio. "Es algo que podríamos sumar al plan de capacitación, pero debe ser acordado con el Ministerio de Educación provincial, que no participa de la Mesa. La idea sería que se sumen", dijo Travaini sobre la propuesta que no descartó.

Desde Mumalá plantearon lo "difícil" que resulta diferenciar posibles casos de trata con situaciones de prostitución. "Es la trata lo que queremos combatir", aclaró Benvenutti. Sin embargo, en la próxima reunión de la mesa, prevista para el 31 de agosto se debatirá sobre los proyectos presentados en el Concejo Municipal en relación a cabarets y wiskerías.

En el último encuentro, el debate se centró en cómo denunciar casos, si las denuncias anónimas sirven o no; y cómo asistir a las víctimas. "La idea es no revictimizar a las mujeres para que no tengan que contar su historia varias veces a distintas personas", señaló Benvenutti.

"Fue un encuentro muy importante para discutir y avanzar en este producto concreto, que es el protocolo", dijo Travaini, quien destacó la importancia del accionar de las organizaciones, porque "son las que palpan la problemática en territorio".

Para Sosa, es "central" la estrategia de convocar a las organizaciones sociales. "Son las que tienen más vínculo en el territorio, a los que el estado muchas veces no tiene acceso. En los barrios es donde las organizaciones aportan con su trabajo cotidiano". Además, desde la Oficina de Derechos Humanos, se armarán desde septiembre espacios de intercambio sobre el tema en los Centros de Distrito.