Domingo, 7 de octubre de 2012 | Hoy
CIUDAD › PROVINCIA Y MUNICIPIO DAN LOS TOQUES FINALES A LA INTEGRACIóN DE 87 CENTROS DE SALUD.
El proyecto es ambicioso y se planifica desde hace tiempo. La provincia y la municipalidad de Rosario atienden en el primer nivel de salud pública unas 850 mil consultas al año. El objetivo es evitar superposiciones en la repuesta estatal.
Por Luis Bastús
La Municipalidad y la Provincia empezaron a integrar el primer nivel de atención de salud, el desafío de terminar con un clásico de la gestión pública en Rosario: La competencia entre los sistemas de uno y otro nivel de Estado. Esto es alinear en un solo dispositivo los 52 centros de salud municipales y los 35 provinciales que atienden por año alrededor de 850 mil consultas. El objetivo es evitar superposiciones y contradicciones de la repuesta estatal en el nivel de atención primaria y mejorarla, revelaron los respectivos responsables del área, Ignacio Gómez y Alejandro Azar. La coordinación buscada, dicen, es un hecho inédito en el país que deberá impactar en los indicadores de salud.
"Trabajé en el centro de salud municipal de Juan B Justo y Travesía, con el Hospital de Niños Zona Norte, provincial, a ocho cuadras. Pero ante cada derivación al nivel hospitalario, teníamos que hacerlo al municipal Vilela, en Virasoro y Dorrego, porque la lógica del Zona Norte era totalmente diferente. Hasta para las urgencias teníamos que ir y negociar con el jefe de guardia cuestiones que debían surgir simplemente del sentido común en lugar de movilizar una ambulancia del Sies para un caso que se podía resolver caminando", citó Azar como ejemplo de los dislates cotidianos que acarreó toda una historia de incoordinación entre Provincia y municipio a partir de gobiernos de signo político distinto. "Es absurdo que la gente tuviera que tomar dos colectivos, cruzar la ciudad para ir a un hospital que sea de la misma administración que el centro de salud adonde consultó. Pacientes de un centro de salud provincial cercano al Hospital Alberdi, municipal, tenían que atenderse en el Eva Perón, de Baigorria, porque es provincial", acotó Gómez.
Gómez y Azar, en tanto responsables políticos de la misión, ubican el punto de inflexión en diciembre de 2007, cuando el Frente Progresista asumió en la provincia, y ratificó su gestión en Rosario. "Después de años de políticas diferentes, empezamos a transitar la necesidad de desburocratizar los mecanismos y dejar de mirarnos cada uno su ombligo, de manera que cualquier vecino pueda hacer uso del servicio de salud indistintamente si está cerca de un centro de salud municipal o provincial, y tener igual acceso a las consultas, a los medicamentos, los estudios o las internaciones", explicaron. Pero fue en febrero último, a partir de la creación de la Dirección Provincial de Centros de Salud, que este acercamiento se intensificó ya bajo formas de política concreta.
La insólita coexistencia de dos centros de salud en un mismo barrio, distante a un par de cuadras uno del otro, es un ejemplo físico de esa yuxtaposición de recursos. "Un mismo vecino, sin culpa por los desacuerdos de las gestiones, tenía dos modos diferentes para procurarse una solución de salud. Y si llegaba a un efector a vacunarse y allí no estaba su historial porque se había vacunado en otro, igual se empezaba de cero porque no había comunicación entre ambos sistemas. Una locura que duró años", reflexionó el funcionario municipal. "Pretendemos subsanar desacuerdos políticos que marcaron esta realidad por años, y lo importante es que el centro de salud, salvando las escuelas, es el punto más próximo del Estado a la población", observó.
Planes en común. Gómez y Azar se juntan cada semana a planificar esta integración, y en cada distrito municipal replican esa reunión los jefes y trabajadores de centros de salud de ambos niveles para determinar las necesidades de esa población y coordinar las acciones. En algunos casos, a esa planificación se suman instituciones de esa comunidad y se conforma una suerte de mesa barrial en interacción directa con el municipio. "Se trata de pensar los recursos como uno solo, independientemente de dónde provengan, y la primera dificultad es superar las disimilitudes de circuitos administrativos, las burocracias de uno y otro sistema", reforzaron.
Un detalle no menor son las diferencias en los regímenes laborales de los trabajadores de salud de la órbita municipal y provincial, en lo salarial, por ejemplo. Hay 1.000 en los centros municipales, y unos 700 en los provinciales ¿Cómo piensan solucionar eso?
Para Azar, "hoy la prioridad es la salud de la población en el territorio, y los otros temas se van agendando de acuerdo a la calidad de esta integración que vamos construyendo". En este momento, los trabajadores municipales de salud cobran más que los provinciales, y alguna vez fue a la inversa. Gómez dijo buscar "que haya equidad en el trabajo, en el salario, pero no depende solamente de nuestra voluntad. Son necesarios acuerdos políticos generales, y también es una lucha que los trabajadores de cada gremio tendrán que darse", analizó.
Indicadores. El proceso empezó a rendir los primeros resultados. Citan la agilización de los tiempos en brindar resultados de los papanicolau, desde la instalación del Centro Unico de esta especialidad en la ex maternidad Martin, que recibe pacientes de toda la red de atención primaria, menos de los distritos Norte y Noroeste que por ahora siguen derivando al Centenario y al Eva Perón. "Una mujer debía esperar 3 meses para tener su resultado, ahora lo tiene dentro del mes. Esta optimización de tiempos y de recursos deberá marcar un descenso en los casos de cáncer de cuello de útero", explicó Gómez. A partir de la centralización de este servicio el Estado puede saber a ciencia cierta qué proporción de la población femenina se realiza ese control, y actuar en consecuencia: en el primer semestre del año, el Centro Unico realizó 15.085 papanicolau. Algo similar ocurre desde que centralizaron en el Cemar el programa de inmunización y el laboratorio para realizar estudios para todo el nodo Rosario. "Antes, cuando llegaba un paciente de un pueblo al Heca para una resonancia, la lógica era llamar al presidente comunal a ver si aportaba dinero para pagar el estudio. Hoy el Heca realiza resonancias, tomografías de todo el nodo Rosario", comparó Azar.
El proceso hizo que Provincia y Municipalidad compartan información única sobre lo que ocurre en territorio, desde las propias historias clínicas de los pacientes. "Esto redundará en una mejor cobertura de vacunas -dijo Gómez y en una optimización de la inversión en medicamentos, que es el mayor ítem presupuestario después de los sueldos: el municipio compra medicamentos por 1,5 millón de pesos cada mes . A la larga, deberá contribuir a que sigamos reduciendo la mortalidad infantil, que hoy es del 9,4 por mil".
--¿Qué pasará con esta integración si Municipalidad o Provincia vuelven a tener gobiernos de diferente partido?, preguntó Rosario/12, y respondió Gómez.
--En el '89, Usandizaga quería traspasar todos los hospitales a la provincia. A Salud le tocaba el 7% del presupuesto municipal, y cuando Hermes (Binner) asumió como secretario se decidió llevar esa proporción arriba del 24%. La política marca la agenda y el rumbo; mientras tanto, apostamos a que esta construcción con trabajadores y vecinos genere una apropiación que sea difícil de desarmar, y que ante un cambio de rumbo los trabajadores de salud sepamos defender el modelo construido".
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